FIESTA DE
SAN ISIDORO. Seguramente Pozuelo de la Orden fuera el promotor del “voto de villa” de Villafrechós en la fiesta de San Isidoro, como patrón secundario de la villa, ya que el “curato de almas” de Pozuelo de la Orden fue durante siglos un canónigo de la
Colegiata de San Isidoro de
León, y se pretendería con el establecimiento de esta festividad imitar a la ciudad de León, que tiene a San Isidoro como patrono secundario y lo celebra también con un “voto de villa” en la conocida “fiesta de las cabezadas”.
San Isidoro es el patrono secundario de la villa de Villafrechós –y, como fiesta de “segundo orden, o fiesta del patrono secundario”, no obliga a celebrar la fiesta el día que cae de la semana, sino que se traslada su celebración al domingo siguiente, a diferencia de la fiesta de “primer orden, o fiesta de la patrona principal” (
Virgen de Cabo), que se celebra el día que cae de la semana–, según el Decreto de Pío IX de 2 de mayo de 1867.
Y, además, Villafrechós celebra dicha fiesta con un “voto de villa”: promesa hecha por la villa al
Santo de acudir todos los años (se acude a celebrar la fiesta a Pozuelo de la Orden, porque, durante el traslado de los restos de San Isidoro de
Sevilla a León, se hizo parada en dicha población, y allí acudieron los vecinos de Villafrechós para que el Santo intercediera en sus peticiones), el día de su fiesta, a darle gracias por haber intercedido para que las peticiones de los vecinos fueren atendidas. Pozuelo de la Orden acompaña a los vecinos de Villafrechós –aunque últimamente ha quedado reducida la participación en el “voto de villa” a una representación de ambos consistorios– en la celebración de su compromiso antes en la campa del Mandato, ahora en la
ermita de
Santa Ana.
Habría que añadir, para entender mejor la fecha de esta celebración, que desde el día 1 de enero de 1972 el Calendario Litúrgico de la
Iglesia Católica trasladó la festividad de San Isidoro, con categoría de fiesta (no de conmemoración, como sucedía hasta esa fecha), al día 26 de abril.
Conviene tener en cuenta que la festividad de San Isidoro se celebra también en Villafrechós. A raíz de la prohibición del obispo de León, Bartolomé
Santos de Risoba, de que «no se hagan
procesiones más allá de media legua» (Sínodo de 11/6/1636), aceptada por el Cabildo de Villafrechós (14/5/1637), años más tarde el mismo Cabildo de Villafrechós acordó, para compensar la prohibición episcopal, realizar una
procesión y misa en la ermita de la Virgen de Cabo el día de San Isidoro: «Día de San Isidoro; es voto de villa; sale la procesión de San Pelayo y va a Nuestra Señora de Cabo, donde dice misa el semanero de dicha
parroquia y vuelve a acabar en ella» (ADVa, Acuerdos del Cabildo 1625-1744, fol. 63, 20 de abril de 1658).
¿Por qué se sigue celebrando la fiesta de San Isidoro en Villafrechós el Jueves después de la Octava de Resurrección?
En el Calendario Litúrgico
Romano los santos originalmente eran aclamados "
vox populi", y se le asignaba un día de fiesta, generalmente el aniversario de su muerte ("dies natalis"). San Isidoro murió en Sevilla el 4 de abril del año 636. Sin embargo, como la diócesis de León pretendía celebrar la festividad de San Isidoro como fiesta y no como conmemoración –situación que se da cuando la fiesta de un Santo cae durante la Cuaresma o Pascua– se decidió trasladar dicha festividad al Jueves después de la Octava de Resurrección, “para que no estorbara las más veces con las solemnidades santísimas de la
Semana Santa y Pascua de Resurrección”.
A raíz de la publicación del Real Decreto de 26/6/1867, en el que se suprimían muchas de las
fiestas entre semana, el
Ayuntamiento de León se apresuró a trasladar la festividad de San Isidoro al domingo siguiente al Jueves después de la Octava de Resurrección. Y, de nuevo, con la entrada en vigor del Calendario Litúrgico en
España (1/1/1972), el pleno municipal del Ayuntamiento de León, teniendo en cuenta la modificación del Calendario Litúrgico, acordó trasladar la fiesta de San Isidoro al último domingo del mes de abril (13/4/1974).
Un siglo y medio más tarde nos hemos dado cuenta en estos pueblos de que hace mucho tiempo nos quedamos al margen de la
historia, y no conseguimos explicar nuestras
tradiciones, aunque ahora pretendamos echar la culpa a los otros con el manido latiguillo de la “España vaciada”