UN DÍA ME DIJO ADIOS.
Era un día de
niebla cerrada, del mes de diciembre, y aquel
joven un poco
mayor de edad que yo, me comentó en pleno
campo, en La Guija, trabajando en las
viñas, mañana me iré a Bilbao, quiero cambiar de vida y olvidarme del legón. Cierto, así fue, al día siguiente se subió en el
coche de línea de La Regional, que le llevaba a
Valladolid. Y desde allí en
tren, marchó para Vascongadas, Supe por su
familia que no le fueron las cosas mal, pero yo al emigrar de aquel
valle, llamado
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