Mensajes enviados por Jose Ramon Muñiz Alvarez:

Soneto I

Los hielos van cuajando, del granizo,
donde la aurora halló su claro espejo,
que gusta el alba clara, en oro viejo,
brindar el resplandor que la deshizo.

Testigo de su brillo vio el hechizo,
no lejos de la iglesia, el verde tejo,
amigo de sus llamas y el reflejo ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“TRES SONETOS PARA MARÍA DEL CARMEN ÁLVAREZ
MENÉNDEZ”
-poesía-

No siempre la mañana despierta alegremente, llevando por el cielo los brillos que relumbran en la altura, sus luces, sus colores encendidos. Por eso los paraguas llenaban los rincones, las calles y las plazas, en cuanto amenazaba alguna nube, llegada de Galicia o de los mares.
Entonces, los pesqueros llegaban muy temprano, los puertos se llenaban y Asturias era lluvia con la lluvia y el sol que se refleja ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“DESPUÉS DE LOS RIGORES DEL
VERANO

Después de los rigores del verano. Después de los rigores del verano, la lluvia del otoño nos refresca, nos llena con la voz de su frescura con un lenguaje extraño, pero bello. Después de los rigores del verano. Después de los rigores del verano, la brisa corre alegre y, a sus anchas, parece como un niño entretenido por esos bosques llenos de colores.
¿Por estos bosques llenos de colores? Por estos bosques llenos de colores, podéis ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“Bajando desde Artedo”
(poemas)

I

Bajando desde Artedo,
tus labios y mis labios
se vuelven una playa,
cantando al regocijo de la arena, ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“DEL ALBA Y LA MIRADA DEL
MINERO”
(Sonetos)

Soneto I

No todos encontraron el hechizo
febril y milagroso, a la alborada,
sabiendo del secreto de la helada, ... (ver texto completo)
El eco de las playas candasinas
I
Perán, en la bahía,
sospecha la tristeza
del llanto de la espuma
que toma la palabra cuando entona,
con un recitativo casi lúgubre,
el eco de las playas candasinas.
Y el eco
de las playas nos susurra, ... (ver texto completo)
La gente de los castros

I

La gente de los castros
nos habla cuando el viento
presume de su historia.
Y sabes que los árboles del bosque
no dejan de cantar esas leyendas
de gentes aguerridas y valientes. ... (ver texto completo)
Las playas de Carreño
I
Las playas de Carreño
te saben de memoria,
pronuncian de memoria cada parte
del pecho que desnudas en su espuma,
pendiente de tu vientre silencioso.
Las playas de Carreño,
acaso cada arena
perdida en las corrientes del Cantábrico, ... (ver texto completo)
El faro silencioso
I
El faro silencioso
que mira, desde el cabo,
contempla los paisajes apartados,
lejanos como el vasto precipicio
que mira la belleza más agreste.
Y tú, como esos mares
me dices con tus ojos
que formas esas olas, sus espumas, ... (ver texto completo)
LA PLAYA DE VERDICIO

I

La playa de Verdicio
nos habla de las olas,
nos habla de la espuma,
contempla el viejo cabo y se lamenta,
igual que algunas veces me lamento,
igual que algunas veces ... (ver texto completo)
I

Laciana sigue siendo
como esa lluvia fina
que llega de la altura,
rozándonos, besándonos, haciéndonos
sentir el beso triste de septiembre.
Y callan los veranos,
y duermen los veranos
soñando cercanías de un otoño ... (ver texto completo)
“Carreño nos invita”

I

Carreño nos invita
a dar largos paseos
por esos bosques suyos,
poblados de tristeza y eucaliptos,
poblados de humedades y siempre
sugerentes, ... (ver texto completo)
“La espuma de Carranques”

I

No digo que las horas
esperen el comento
del agua de
la espuma,
ni digo que sus voces rumorosas
convoquen la alborada que nos falta, ... (ver texto completo)
"NO HAY NIEBLA EN LOS PAISAJES DE LACIANA"

(Presentación)

-No hay niebla en los paisajes de Laciana-. Así lo dicen muchos, si pregunto: la niebla no es corriente en esta zona, no suele verse niebla en los contornos, y, acaso, algunas veces, el nublado parece recordar a las Asturias, que quedan por detrás de aquellos montes. La niebla suele ser como un milagro y es raro que un milagro lo presencien las horas silenciosas de los días.
-No hay niebla en los paisajes de Laciana-. Así lo dicen ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“BUSCANDO MIRUÉNDANOS”
(poemas)

“Tal vez en Cadavedo

I

Tal vez en Cadavedo
la lluvia se hace lluvia ... (ver texto completo)
José Ramón Muñiz Álvarez
“BUSCANDO MIRUÉNDANOS”
(poemas)

“Los mares del Cantábrico”

I

Los mares del Cantábrico
nos hablan de leyendas,
de viejos balleneros,
de buques enemigos y piratas,
acaso de vikingos, de daneses
que luchan en los puertos contra todos,
con gentes que defienden,
con toda su bravura,
baluartes que se elevan hacia el cielo,
por eso en estos puertos escuchan las almenas.

II

Y son estos castillos
los dioses que combaten
al mar encabritado,
como hace tantos siglos, esas épocas
de fuego en cada espuma cuando embiste,
si quiere la embestida más violenta
la furia repentina
de noches tormentosas
que hablaron de galernas a los viejos,
si quedan esos viejos en muelles y espigones.

III

Y ves que siempre vive
la llama de los faros
en Navia y en la Veiga
que tiene en esas venas esa sangre
que quiere recordar a los albiones,
a celtas en los castros, a los castros
que miran al océano,
que quieren ese diálogo
con esas aguas bellas y calladas
que viven recitando las viejas tradiciones.

IV

Tus ojos, que no engañan
al brillo del poeta,
le dicen al poeta
que quieres revivir esas batallas
de astures y galaicos, enfrentándose
a todos los piratas que los siglos
trajeron en mareas
perdidas para siempre,
si no es en los legajos de la historia
que vuela con la brisa quizás hacia la nada.

V

Decir Puerto de Vega,
hablar de la aventura,
sentirse un Barbarroja
y amar, en esa Asturias, cada playa
parece conveniente, en este caso,
pues sabes que, detrás de la Losera,
llegando ya a Soirana,
está, con su misterio,
el grito silencioso de esa ínsula
que solo se oyó en tiempos lejanos como el Bronce.

VI

Y así, Puerto de Vega,
acaso Casariego,
Viavélez, si hace falta,
nos ven en la excursión que no termina,
disfrutan contemplando nuestros pasos,
igual que los turistas que se sienten
dichosos con los mares,
las olas, los cantiles
que saben ese idioma que emociona
a todo el que contempla las costas que prometen.

VII

Tus ojos y mis labios,
mis labios y tus ojos,
los dos en una playa,
fundidos en la dicha de la dicha,
hablando de Frejulfe y del Barayo,
gritando que, en Frejulfe y en Barayo,
las olas son más olas,
la brisa se hace viento
y el viento es forajido que pretende
de nuevo el abordaje de tiempos olvidados.

VIII

Y a ti Puerto de Vega
te lleva a esa aventura
que ofrece coronarte,
que quiere coronarte como reina
de un tiempo de sargazos y Caribe,
quizás en otros mares muy lejanos,
quizás en esos mares
rodados en películas
que vimos siendo niños cada sábado,
en tiempos en que un sábado tenía su belleza.

IX

Y siento que en Barayo
las olas se hacen grandes,
igual que en las arenas
calladas de Frejulfe, con sus tonos
mezclados del carbón y la pizarra,
mezclados con el brillo de tus ojos
en esas noches negras,
en esos ojos negros
y oscuros como noches ancestrales
que saben de chacales, de lobos en la noche.

X

Y digo que el Barayo
nos dice las verdades
de tiempos acabados
con su rumor de río hacia la playa,
contándonos secretos inauditos
en un lenguaje casi incomprensible,
pues pocos son los místicos
que escuchan a los ríos,
si no es que son los locos los que escuchan
el canto de los pájaros, el canto de los árboles…

“No quiero desnudarme”

I

No quiero desnudarme
delate de ese espejo
que llena la alborada
con una imagen triste de otro tiempo,
con una imagen llena de tristeza,
con la melancolía de un recuerdo
que llena nuestra vista
de todo lo perdido,
de todo lo que el tiempo, con su risa,
trocó en el abandono más cruel y doloroso.

II

No debo desnudarme
delante de ese espejo
que muerde la memoria,
que hiere con dureza con los filos
potentes de su brusca dentellada,
consciente de los puertos que quedaron
dormidos en la noche,
dejados sin un faro
que cante nombres bellos del entonces,
los nombres de los barcos que quedan a lo lejos.

III

No puedo desnudarme
y hablar de cada muelle
dejado en los ayeres
que lloran su crepúsculo, su ocaso
bordado de dolores y de angustias,
después de mil galernas, de mil gritos
perdidos en el aire,
dejados en el aire
por el dolor del tiempo que los borra
en nombre de un progreso que esconde la mentira.

2019 © José Ramón Muñiz Álvarez ... (ver texto completo)
"La niebla en los paisajes de Laciana"
Libro de José Ramón Muñiz Álvarez, escrito a lo largo de los años 2018 y 2019, y que recoge diversos textos dedicados a Villablino y su entorno (incluyendo todo el valle de Laciana), y también numerosas referencias a las zonas cercanas leonesas, como lo son Babia y Luna, sin faltar tampoco guiños abundantes a la Asturias que vio nacer al autor.

Videre en jrma2019. blogspot. com
Hola, Jose Ramon.
te escribe una extranjera que vive en barcelona, me encanta estos poemas que ha publicado, y su tierra desde luego, tambien la conozco algo, como todo lo que se ve hay es naturaleza, y encanto, le felicito. adios.
Muchas gracias y un placer saludar
Soneto I

Palacio para un mar siempre dorado
diréis que fue el color de una mañana
que brilla en el verano con desgana,
si no es un sol de invierno derrotado.
Y tiene en su palacio custodiado
el brillo del tesoro que desgrana
del sol la luz, la llama soberana
que mira el ponto a veces sosegado. ... (ver texto completo)