CADAVEDO: José Ramón Muñiz Álvarez...

José Ramón Muñiz Álvarez
“BUSCANDO MIRUÉNDANOS”
(poemas)

“Tal vez en Cadavedo

I

Tal vez en Cadavedo
la lluvia se hace lluvia
si llueve
sobre el hórreo,
si llueve en esas playas silenciosas
que cuentan el misterio del pasado,
que dicen el misterio del pasado,
pues siempre ese pasado nos habla de nosotros,
acaso nos pregunta, nos exige
respuesta a lo que fuimos hace siglos.

II

Tal vez en Cadavedo,
quizás en otro sitio,
porque
Villademoros
también contempla tristes los pedreros
que cuentan esa historia que sabíamos
los niños de ese tiempo, si llovía,
si entraban nieblas densas de mares olvidados,
amantes de esos gritos ancestrales
que suenan en el aire enmudecido.

III

Pues es en Cadavedo,
en esa tierra extraña
de soles
apagados,
donde uno sueña un Busto diferente,
no lejos del lugar de Corbeiriños,
si acaso en Corbeiriños, cada tarde,
Asturias se hace mágica y anuncia su belleza
por esas playas místicas de siempre
que escuchan el rumor de cada espuma.

IV

Y en Luarca se hace bello
buscar un sol vencido
en medio de
la nada,
quizás entre humedades que llegaron
en tiempos de prehistoria y de silencio,
pues nada quedó escrito en esos tiempos,
dejando que las voces que dicta el pergamino
escondan esa fe callada y noble
de todas las neblinas del pasado.

V

Que Luarca es ya testigo
de todas las tristezas
del aire que
confiesa
que vives repitiéndote en el aire,
que vuelas repitiéndote en el aire,
que existes repitiéndote en la brisa
que vuela cada cielo, que vuela cada tierra,
contando aquel ayer, aquel pasado
que no puede gritar que fue presente.

VI

Y más allá de Luarca,
detrás de la belleza
del blanco de
la villa,
encuentro los discursos de las playas
que lloran en la arena pizarrosa
que Otur está escondido en la neblina,
tal vez en el “orbayu” de tiempos acestrales
que quieren renacer de su secreto,
que quieren emerger desde la nada.

VII

Carreño queda lejos,
igual que la mirada
del mouro en el
solsticio,
y sabes que el solsticio enciende un algo
de magia, de poder, de raro embrujo,
de hechizo irrenunciable en cada castro,
de fuerza en esos dólmenes que cantan a la luna
palabras apartadas en el seno
de rocas esculpidas por las olas.

VIII

Y hay rocas esculpidas
que saben el secreto
de gentes tan
arcaicas,
lejanas como el vuelo de los astros,
lejanas como el brillo de esa estrella
que enciende cada noche, si se apaga,
que brilla con el alba, que brilla con la noche,
planeta luminoso en primaveras
que quieren recordar tiempos mejores.

IX

Hay rocas esculpidas,
hay rocas esculpidas
que callan lo
que sienten,
que ignoran esos versos del poeta
que dice lo que sueña a todo el mundo,
hablando de humedades en Asturias,
besando en las Asturias las densas humedades
que pueden indicarnos, entre nieblas,
la senda de un destino al que no llegan.

X

Gastando gasolina,
en Navia, como siempre,
la brisa nos
halaga,
nos dice que tenemos un arraigo,
nos hace sentir madre a cada verso
de niebla derramado sobre el mundo,
y somos, con la niebla, palabras repetidas
en un discurso bello que repite
los ciclos de una tierra entre lloviznas.

2019 © José Ramón Muñiz Álvarez
“BUSCANDO MIRUÉNDANOS”