Soneto I
Los hielos van cuajando, del
granizo,
donde la aurora halló su claro
espejo,
que gusta el alba clara, en oro viejo,
brindar el resplandor que la deshizo.
Testigo de su brillo vio el hechizo,
no lejos de la
iglesia, el verde tejo,
amigo de sus llamas y el
reflejo ... (ver texto completo)