La
población de
Sieteiglesias, limita con los municipios de Mangirón al
norte,
Lozoyuela al oeste,con
El Berrueco y el
arroyo Jóbalo al sur con un
puente romano. La atraviesa por el
centro de su
casco urbano, la
comarcal M-131 y se encuentra a 969 metros de altitud sobre el nivel del
mar.
Es una zona de dehesas y
prados, con manchas de
berrocales y arbolado. Los hallazgos arqueológicos más antiguos encontrados en el término
municipal corresponden a la
necrópolis, fechada en torno a los siglos IX al XI, aunque su origen se podría situar alrededor del año 800. El topónimo de Sieteiglesias viene de, "ese lugar propicio para la meditación y austeridad elegido en la Edad Media y que siete fueron los
conventos,
ermitas o
iglesias que en el
paraje se levantaron", actualmente no hay
restos de ellos, salvo algunos prados particulares con el nombre de
prado San Pablo,
San Blas incluso olvidados y difícil de localizar todos.
El
pueblo de Sieteiglesias se situaría sobre una ramificación norte de la
vía romana 25 del itinerario de Antonino (existen documentos que aportan datos sobre la red de calzadas existentes en tiempos del Imperio Romano el más conocido es el “Itinerarium provinciarum Antonino Augusti”), conocido como el Itinerario de Antonino, del año 280, de autor desconocido,
camino que partiendo desde Toletum (
Toledo) unía Titulcium (Titulcia) con Complutum (Alcalá de Henares) subiendo hacia Valdetorres del
Jarama, continuando hacia el norte, buscando el
puerto de
Somosierra por
Buitrago de Lozoya. La vía romana unía el
valle del Jarama con Sepúlveda a través de la
sierra por las tierras más llanas y accesibles, así el camino iría de
Torrelaguna a El Berrueco, por el lado este del
cerro de Las Cabreras pasando el arroyo Jóbalo por el puente romano de Sieteiglesias y atravesando la población, siguiendo hacia Mangirón y de allí a Buitrago, En época
medieval este camino se convertirá en una importante vía pecuaria.
Durante la época árabe toda esta zona se convertirá en un área de “frontera”, un territorio más o menos autónomo alejado administrativamente del poder
central andalusí. La única muestra del poder andalusí sobre este territorio se encuentra en la
construcción de una
línea de atalayas defensivas, levantadas en el siglo X. La más cercana la encontraríamos en el Berrueco que construyeron a lo
largo de las vía pecuarias antes mencionadas.
A partir del siglo XI Sieteiglesias queda unida al territorio de la “
Tierra de Buitrago”, que aparece citada por primera vez en el año 1076, en el Fuero de Sepúlveda, otorgado por
Alfonso VI para la repoblación de las zonas de frontera, a este momento debió corresponder la repoblación de Sieteiglesias. A lo largo de los dos siglos siguientes la población se va organizando en torno a un sistema feudal basado en los concejos, primero en torno a Sepúlveda y luego a Buitrago. En esta época entrará a formar parte de la economía la
agricultura de secano, aunque el elemento de
mayor importancia económica seguirá siendo la
ganadería.
En 1273 con la
constitución del Honrado Consejo de la Mesta, se ampliaron y mejoraron rutas de
ganado, con dos Cordeles de la
Cañada Real Segoviana, uno paralelo a dicha Cañada, uniendo el puente del Jóbalo en el límite entre El Berrueco y Sieteiglesias, y el segundo transversal a la Cañada atravesando el
río Lozoya y por
Berzosa se dirige a
Cabanillas de la Sierra a travesando el término municipal.
Durante el siglo XIV las Tierras de Buitrago estaban compuestas por las villas de Buitrago, La Hiruela, el
Atazar, y la
Puebla, más seis demarcaciones o cuartos. El cuarto agrupa los lugares de
Garganta,
el Cuadrón, Pajarilla,
La Cabrera, Lozoyuela,
Relaños, Mangirón, Las
Navas y Sieteiglesias. Pertenecían estos
pueblos al Señorío de Buitrago, por responder a los derechos de pechos y mayorazgos con sus tierras y rentas y perteneciendo al Partido de Buitrago administrativa y judicialmente.
A partir del siglo XVI la población de Sieteiglesias experimentará un gran crecimiento que se extenderá durante todo el siglo XVII, unida a la ampliación del casco urbano. Sin embargo a medida que avance el siglo XVIII la economía del pueblo irá decayendo; contaba con una población de 19 vecinos que irá aumentando durante el siglo XIX para decaer a lo largo del XX hasta menos de cuarenta vecinos, en el año 1973, momento de la unión del municipio con Lozoyuela.
Dentro de la
arquitectura religiosa y civil, cabe destacar la
iglesia de San Pedro, del siglo XVII, tiene un emplazamiento impresionante, sobre un enorme peñasco redondeado, con amplio
pórtico sustentado en dos
columnas; la
espadaña destaca con sus dos ojos para las
campanas.
En torno a la iglesia y excavadas sus
tumbas antropomorfas fechadas en torno a los siglos IX al XI. En huecos horadados en la dura
roca, se abren las tumbas para más de medio centenar de habitantes de la localidad. Algunos de ellos incluso conservan la forma de los cuerpos que un día cobijaron, en la roca viva podemos ver una auténtica necrópolis medieval, siendo una de las necrópolis
medievales mejor conservadas de toda la provincia, que data del siglo XI. Están los huecos que sirvieron de enterramiento a más de medio centenar de vecinos de Sieteiglesias. Algunas tienen la forma —
cabeza, hombros, etcétera— de los cuerpos que albergaron. Una de ellas, conocida como
tumba de los Reyes, está separada del resto y junto a sus dos sepulturas se abre un nicho donde se enterraron joyas y
ofrendas.
Actualmente Sieteiglesias cuenta con una población en torno a los 100 habitantes, prácticamente una aldea en la Comunidad de
Madrid, los parajes que la rodean merecen la pena visitar, son cinco rutas fáciles, realizadas por el autor de esta
breve historia con los tiempos para su
recorrido incluido, pueden encontrarlas en El
Serón, único
Bar,
Churrería y expendedor de
pan existente en el pueblo.