Compramos energía a futuro
        

Mensajes de PEDRO MARTINEZ (Granada) enviados por sensi:

— ¿Y tú qué quieres ser, Ju-Yung? —me preguntó mi padre mientras cargábamos un saco de arroz entre los dos.
—No lo sé —le dije—, pero no esto.
Nací en Asan, una aldea tan pobre que la tierra parecía prestada. Éramos tantos en casa que si uno lloraba, otro tenía que esperar su turno. Comíamos una vez al día. A veces menos. Mi madre cocinaba lo poco que teníamos en una olla que ya no tenía tapa, y mi padre repetía que la tierra era lo único seguro en esta vida.
Pero yo no quería tierra. Ni arroz. ... (ver texto completo)
Todo siempre pasa por algo, aunque no lo entiendas en el momento.
El progreso es progreso, sin importar lo pequeño que sea.
No esperes a que las oportunidades toquen a tu puerta, sal a buscarlas.
Cada día es una nueva oportunidad para ser mejor que ayer.
Poema de LA PAISANA Antonia Fuentes

Tenemos cuatro estaciones,
que significan un año.
Invierno y la primavera,
el otoño y el verano.
Ya estamos en el otoño.
donde todo esta amarillo.
Pues aun hace calor,
es el sol de los membrillos. ... (ver texto completo)
Cada noche morimos y cada mañana volvemos a nacer: cada día es una vida.
La nostalgia es una vieja amiga que de vez en cuando llama a la puerta.
Elegir con quien hablar es importante, entender con quien estar callado, mucho más.
Hay algo dentro de ti que nadie te puede tocar ni quitar, si no quieres, se llama esperanza.
Buenas noches Antonia. felices sueños. un brazo.
En una granja perdida entre lomas y charcos, vivía un burro llamado Gustavo. Era alto, gris, serio. De esos que mastican con lentitud y miran como si lo supieran todo. No rebuznaba nunca.
No corría. No se mezclaba. A Gustavo le decían “el filósofo de las patas largas”.
Aunque nadie sabía si pensaba tanto… o simplemente no tenía ganas de hablar. Un día, llegó un perro. Pequeño, blanco, orejas enormes…y con un disfraz de burro mal cosido.
— ¡Hola! —dijo, con una sonrisa tan ancha como su entusiasmo—. ... (ver texto completo)
Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.
Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada.
Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Jueves
Buenas noches Antonia. dulces sueños un abrazo.
“LO QUE CAMBIÓ MI VIDA… NO FUE EL DINERO”

Durante años, me dediqué a trabajar sin descanso. Campañas, reuniones, eventos, compromisos. Siempre peinada, sonriente, perfecta ante los ojos de los demás. Me acostumbré a que me vieran así: como una mujer exitosa. Dueña de su tiempo. De su mundo. De su imagen.
Pero no siempre fue así. Lo que pocos saben —o quieren saber— es que crecí viendo a mi madre planchar camisas que no eran para mi padre. Que supe desde niña lo que era callar, acomodarse, sobrevivir.
Yo ... (ver texto completo)
Cuando las palabras no bastan o faltan, o no sirven... entonces es el momento de un abrazo.
Los abrazos dicen todo lo que uno quiere oír.
La hipocresía es el colmo de todas las maldades.
La escuela es del Estado, la paga el Estado y eso quiere decir que es de todos, los listos y los tontos, los aplicados y los vagos. Todos tienen derecho a recibir una buena educación.
En todas las tierras el sol sale al amanecer.
La juventud vive de la esperanza; la vejez del recuerdo.
BuenasnochesApntoniapfelicessu eños
Lo que no se ve... no quiere decir que no esté aquí.
A veces, basta sólo un momento para olvidarse de toda una vida, pero toda la vida no es suficiente para olvidar un momento…
Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.
La risa no tiene tiempo, la imaginación no tiene edad y los sueños son para siempre.
Buenas noches Antonia. dulces sueños un abrazo
Era una tarde cualquiera hasta que un chico, de no más de 17 años, llegó al mostrador del Oxxo con una sola rosa en la mano. Al parecer, le faltaban unas monedas para pagarla.
El cajero, con tono burlón, soltó una frase que rompió el momento:
—Si ni para una flor tienes, mejor no le regales nada. Nomás le vas a dar lástima a la muchacha.
El joven bajó la mirada y, sin decir palabra, estuvo a punto de dejar la flor sobre el mostrador. Fue entonces cuando un cliente que estaba detrás decidió intervenir. ... (ver texto completo)
Donde no te buscan, no haces falta.
Nadie nos pertenece, excepto en los recuerdos.
Nunca permitas que nadie te haga sentir, que no te mereces lo que quieres.
Buenas noches Antonia. feliz descanso. una brazo.
Si queréis formar juicio acerca de un hombre, observad quienes son sus amigos.
A veces la vida nos enseña que las cosas más preciosas son aquellas que no tienen precio.
Buenas noches Antonia. que duermas bien. un abrazo.
El abuelo Adil siempre decía que los árboles eran los mejores maestros.
—Escucha, Karim —me dijo una tarde de otoño, mientras barremos hojas en el patio—, la vida es como este árbol. Fíjate bien.
Señaló el viejo nogal del jardín. Sus ramas se extendían hacia el cielo, algunas torcidas, otras fuertes. La corteza tenía marcas como arrugas, y un par de ramas parecían rotas, pero aún sostenían hojas.
—Algunas ramas son fuertes —continuó—, otras frágiles, pero todas forman parte del mismo tronco. Así ... (ver texto completo)
Los sueños son los que hacen esta vida más divertida.
No podremos encontrar paz en el mundo hasta que no estemos en paz con nosotros mismos
Cuando le deseas el bien a los demás, las cosas buenas también llegan a ti.
Educar es más difícil que enseñar, porque para enseñar usted precisa saber, pero para educar se precisa ser.
Buena snoches Antonia. buen descanso y felices sueños. un abrazo.
La única manera de ser seguido es correr más deprisa que los demás.
Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos.
Se ha de leer mucho, pero no muchos libros; ésta es una regla excelente.
Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda.
Buenas noches Antonia. felices sueños.
Un abrazo
Mateo tenía 60 años cuando le dijeron que su puesto de tacos debía cerrar. La calle donde cocinaba desde hacía tres décadas iba a ser renovada. “Progreso”, decían los carteles. Para él, era una condena.
— ¿Y ahora qué hago, Lupita? —preguntó mirando sus manos gastadas por el calor del comal.
—Lo que sabes hacer —respondió su hija—. Pero en otro lugar.
— ¿Y quién va a ir a una fonda con un viejo que solo sabe preparar tacos al pastor?
—Tal vez… todos.
Lupita consiguió un pequeño local en la esquina ... (ver texto completo)