EFE "Dios de todos los tiempos, en mi visita a Jerusalén, ciudad de la paz,
casa espiritual de judíos, cristianos y musulmanes, pongo ante ti las alegrías, las esperanzas, los anhelos, las pruebas, los sufrimientos y las dificultades de todos los
pueblos del mundo", escribió el Papa en la nota que introdujo entre las
piedras.
Y añadió: "Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, escucha los gritos de los afligidos, de los angustiados, de los desheredados.
Manda la paz sobre Tierra
Santa, sobre Oriente
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