Puebla de Mula se muestra al viajero como un lugar aún tranquilo y fiel a las
costumbres, palpándose en sus
calles el modo de vida tradicional de esta comarca. Asentada al borde mismo del
rio, cerca de su confluencia con el
Pliego y envuelta en apacibles
huertas, bajo la
sombra permanente de su
castillo presume de un bonito entorno y un cuidado
caserío.
Otra buena razón para acudir a Puebla es su rica y variada gastronomía. Un plato indispensable es la típica "talvina": torta blanda de harina de trigo cocida en sartén, a la que se incorporan pimientos secos y ajos tiernos; luego se adorna con tocino asado y morcilla o longaliza, sirviéndose caliente en cazuela de barro.
Numerosas rutas y
excursiones también pueden realizarse en la zona, siguiendo la vega del Mula o por las abruptas
montañas del entorno. Especial interés tienen los yacimientos arqueológicos de La Almagra y Villaricos.
Por último, a escasos kilómetros de Puebla se encuentran los famosos
Baños de Mula, con manantiales de
agua medicinal aprovechados desde época
romana hasta nuestros días. El establecimiento
termal ofrece una amplia oferta hotelera y un variado programa de actividades turísticas.