Se sabe que los musulmanes, amparados por las
alturas de la
sierra de
Guadarrama, realizaron desde aquí numerosas incursiones hacia tierras de
Segovia.
Estampas más bucólicas son las que aporta el Arcipreste de Hita: en el Libro de buen amor, nombra el
puerto de Malagosto como el lugar de encuentro del protagonista con la serrana. Este puerto fue, de hecho, durante
siglos, la
vía de comunicación entre el
Valle del Lozoya y Segovia, provincia a la que perteneció
Alameda y otras poblaciones del valle, que en 1833 se incorporaron a la provincia de
Madrid.
La
ganadería siempre fue el
mayor recurso económico de
Alameda del Valle, que exportaban lana y cobraban peaje a todos los rebaños que atravesaban sus tierras.
En el
siglo XVIII adquirió importancia la industria de lino. Hasta épocas no tan lejanas, Alameda ha mantenido un cierto
nivel de prosperidad, gracias a la calidad de sus pastos, sus regadíos y la explotación de sus bosques. Cuando la ganadería y la
agricultura perdieron el peso económico a favor de la industria, mucha
gente hubo de emigrar, pasando de 408 habitantes en 1900, a 153 habitantes en 1991.
Hoy en día, una
fuente importante de ingresos en Alameda del Valle es el turismo, los bosques, el
embalse de Pinilla... atraen
turistas