Si por algo es famoso el municipio de
Medio Cudeyo es por la
tradición termal que le precede con el
Balneario de
Solares que data del
siglo XVIII, cuando fueron descubiertas sus
aguas mineromedicinales con propiedades terapéuticas para afecciones de sistema digestivo y nervioso entre otros. Durante 30 años el balneario permaneció cerrado al
público hasta que en 2006 se recuperó la tradición hotelero-balnearia del lugar, reconstruyendo y ampliando el
antiguo edificio del
Gran Hotel Balneario de Solares y convirtiéndolo en un hotel de 4 estrellas con 113 habitaciones e instalaciones balnearias. Las aguas del balneario surgen del
Manantial de Fuencaliente a una temperatura cercana a los 30ºC, posteriormente se enfrían para ser embotelladas y se comercializan bajo el
nombre de
Agua de Solares,
localidad en la que nacen. Destacar también el
Parque Natural del Macizo de
Peña Cabarga conocido como el
mirador de
Santander, desde donde se pueden admirar espectaculares
vistas de la Bahía de Santander y de la orografía
cántabra. Sin olvidarnos de la "Cámara Oscura" que, ubicada en la cima del parque
conocida como “el pirulí”, proyecta imágenes en tiempo real de todo el entorno paisajístico
llegando incluso a verse los Picos de Europa. Predominan en Solares-
Valdecilla las
casas solariegas y de
indianos como es la
finca del Marqués de Valdecilla del siglo XIX, amplio espacio natural de 15 hectáreas cuyo
jardín posee robles y magnolios centenarios y seis
edificios de gran singularidad. Actualmente el conjunto sirve de escenario para
actividades formativas, culturales y congresuales.
Habría que hablar también de un
rincón mágico como es el
Parque Mitológico Mina Pepita, que se encuentra situado en pleno corazón de Solares. Era una
antigua explotación minera a
cielo abierto con casi dos hectáreas de extensión dedicada a la extracción de hierro de finales del siglo XIX. Lugar en el que se encuentran seres mitológicos cántabros como el Ojáncano y el Musgoso en un paraje de exuberante vegetación autóctona con
árboles centenarios como laureles, fresnos, acebos... entre agujas de dolomía forradas de musgo.