Todos tenemos anécdotas con los "fieros" cabezudos.
Yo, perdí una rebeca, porque al salir de misa, me topé con ellos y en una loca carrera se me cayó. Fui incapaz de regresar a recuperarla, con el consiguiente cabreo de mi abuela, la señora Pepa, que me puso de "abulto" hasta arriba.
Y luego, claro, a lo mejor Chus se acuerda, de una "trampa mortal" en la que caímos en el portal de la antigua
panadería de Prieto. Uf, todavía recuerdo los nervios, todas apelotonadas gritando....
Entonces lo ignorábamos,
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