Preside su perímetro
urbano de
El Busto la
parroquial; también sobresalen algunas construcciones de
orden civil. Entre éstas destacan las ubicadas en torno a la
calle Mayor y a la calle de
San Andrés.
Se tratan de
viviendas de los siglos XVI y XVII que presentan alzado de
sillería. Su
fachada se estructura en dos cuerpos más ático. El inferior aparece articulado en torno a un
arco de ingreso de medio punto con robustas dovelas. En el
superior y en el ático se abren
ventanas adinteladas de diferente tamaño. Completan la tipología constructiva
blasones barrocos de los siglos XVII ó XVIII.
Parroquia de San Andrés. Su origen se remonta al periodo de transición
gótico renacentista del siglo XVI, aunque sufrirá una importante reforma de estilo barroco en el siglo XVIII. Presenta una irregular planta de
cruz latina con una nave de único tramo y
crucero de brazos muy abiertos. La cabecera es poligonal. Toda la estructura
interior de la parroquia pertenece a las obras del siglo XVI, a excepción de los brazos del crucero que se realizaron en el XVIII. La cubierta parroquial se soluciona por medio de
bóvedas de terceletes y ligaduras para la nave y el crucero mientras que en la cabecera se dispone una
bóveda gallonada.
Al
exterior y sobre los
muros de la nave y de la cabecera, se disponen continuos contrafuertes y escasos vanos que otorgan carácter defensivo al conjunto. Rompe la horizontalidad la
torre cúbica barroca ubicada a los pies, alzada por José Raón y Francisco de Ybarra. Entre otros elementos que configuran la forma externa se halla el
pórtico de ingreso localizado a los pies. Se trata de una obra del siglo XVI que presenta un arco apuntado con
cinco arquivoltas que se prolongan con baquetones hasta las bases prismáticas.
Retablo mayor. Data de 1560. Su factura se relaciona con la influencia formal de Joly y Berruguete, que transmitieron los escultores Arnao de Bruselas y Andrés Araoz. Sobre el
banco decorado con motivos antropomorfos y vegetales, se alzan tres cuerpos articulados en tres
calles. Toda esta amplia estructura se consigue mediante
columnas de orden compuesto y fuste con estrías decorado. La separación de los cuerpos se efectúa con diferentes frisos intercalados entre los
frontones curvos y rectos de las calles. Culmina el conjunto un ático con columnas de orden compuesto sobre el que se alza un
frontón recto. De sobresaliente factura son los motivos iconográficos que se suceden por el retablo. La temática de los mismos se articula en torno a la disposición de los cuerpos. En el primer cuerpo se representan escenas del Descendimiento, en el cuerpo de
central dedicadas a San Andrés y otros
santos, mientras que en el superior los relieves se dedican al Nacimiento de
Cristo. En todos los relieves destaca su exquisita factura. Se suceden personajes con rostros muy expresivos. Los estudios anatómicos y formales son de gran naturalismo con notables perspectiva y escorzo.
En la parroquia se guardan otros
retablos del siglo XVII de similar trazado y estilo romanista dedicados a San Sebastián y a la
Virgen del Rosario. Ambos fueron realizados por
Pedro Izquierdo. Constan de un único cuerpo con una
hornacina entre columnas de orden compuesto sobre la que se alza el ático en forma de frontón curvo. Destaca la
imagen de San Sebastián de siglo XVI. Completan el inventario retablístico dos obras de finales del siglo XVIII dedicadas al
Corazón de Jesús y a la Virgen de la
Nieva. En la sacristía se alojan varias imágenes del siglo XVIII y una colección de orfebrería con piezas de plata de los siglos XVIII y XIX.
Enciclopedia Auñamendi: www.euskomedia.org