Aunque estas tierras estuvieron ya pobladas por los vettones, pueblo ganadero prerromano, no sería poblada definitivamente hasta la Reconquista en tiempos de Alfonso VI (1074-1109). Durante los primeros siglos desde su fundación se va generando la estructura de la propiedad del suelo que se mantendrá durante los siguientes siglos. En las áreas de bosque más cerrado y únicamente aprovechable por el
ganado, se instauró la propiedad colectiva, mientrás que en las áreas más llanas y de mejor calidad se establecieron las grandes fincas señoriales, así como en los fondos de
valle y de mayor pendiente se cultivaban pequeñas parcelas que tenían como objetivo conseguir una autosuficiencia alimentaria.
En cuanto a los cultivos más importantes ha destacado históricamente la presencia de los cereales. Según el Catastro de Ensenada de 1752, tan sólo el centeno ocupaba 67 fanegas, mientras que el linar y el trigo ocupaban 38 fanegas, por último 39 fanegas se dedicaban al cultivo de
hortalizas(6,44 fanegas equivalían a 1 hectárea). A partir de la década de los cincuenta empieza la decadencia del terrazgo cultivado, con la apertura hacia una
economía de
mercado el municipio se especializa en la
ganadería vacuna primero de leche, para pasar a especializarse en el
vacuno de carne en la última década.
La población ha acusado un brusco descenso en las últimas décadas, hace menos de 25 años el municipio contaba aun con casi 500 habitantes (494 habitantes, 1979), dividiendose esta cifra entre dos en este periodo. La emigración al exterior sigue siendo importante, en el año 2002 8 habitantes de la localidad tomaron el
camino de la emigración.