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Gure historia Ujue Uxue

Municipio de la Navarra Media Oriental, al S. del valle de Orba. Limita al N. con Lerga, al S. con Murillo el Fruto, al E. con Gallipienzo y al O. con San Martín de Unx, Beire y Pitillas. Terreno de labor y monte bajo, es regado en su zona oriental por numerosos arroyos, como a los de Azandieta, Aliaga y Aldunate, tributarios del río Aragón, que sirve a su vez de límite del término al E. La cota máxima de altura la detenta Cucho Alto (932 m.), en el extremo septentrional. La villa, situada en un promontorio de la crestería del mismo nombre, al N. del municipio, se halla a los 42º 30' 30'' Lat. N. y 2º 11' Long. E. (Mer. M.), hacia el centro del término, en una zona muy accidentada, a 815 m. de altitud, entre dos pequeños barrancos, uno de ellos denominado Tutiber.

Nombre antiguo

Nombre antiguo. Aparece en la documentación medieval como Ussue (doc. de 1076 Becerro de Irache), Uxue (doc. de 1309, Comptos) y pequeñas variantes. Término vasco con significado de «paloma», uso. El camino de Ujué fue conocido como sobidea.

Historia

La leyenda mariana de Ujué, íntimamente ligada a los orígenes históricos de la villa, relata cómo un pastor, guiado por una paloma que entraba y salía de una cueva en el actual enclave de la población, encontró en dicha cueva la imagen de la Virgen. Según la leyenda, la construcción del primitivo santuario propiciaría el traslado de la población de la altiplanicie que hoy ocupa la ermita de Santa María La Blanca, a unos 6 km. al sur, habitada por pastores, al altozano, para fundar nueva villa que llamaron San María de Uxua, en recuerdo de la paloma que indicó la ubicación de la imagen. Cerca de la gruta hay un gran aljibe que contiene agua. Ha existido la creencia de que la mujer que, llevando al hombro una piedra, la arroje en el aljibe, logrará descendencia. La misma práctica y creencia existen en cuanto a una cisterna del castillo de Javier.

Orígenes. Aunque en las zonas aledañas de la sierra de Ujué existen numerosos restos pre y protohistóricos, e incluso en término de la villa hay yacimientos megalíticos (lugar de Mostracas) y muestras de la romanización como las lápidas romanas reseñadas, la verdadera historia de Ujué comienza en la Alta Edad Media, en coincidencia con la fundación del reino de Pamplona, del que sería una fortaleza avanzada hacia tierras musulmanas. La Sierra de Ujué, que probablemente continuaría poblada bajo la dominación visigoda con una serie de poblaciones diseminadas, sirvió de refugio a gentes amenazadas por la invasión árabe. Estas poblaciones se reunieron en lugar seguro, levantándose una fortaleza en el definitivo emplazamiento de Ujué a finales del siglo VIII o principios del IX, que atraería a todos los habitantes dispersos de la zona. La Crónica de Valdizarbe asigna su construcción al rey Iñigo Arista. Por su situación, el castillo de Ujué fue puesto estratégico en los pasos naturales que comunican con Pamplona por el Carrascal y con Leyre por el río Aragón, representando un importante papel fronterizo en la reconquista cristiana.

Tenencia. La fortaleza-villa de Ujué fue durante el siglo XI, como decíamos, cabeza de un distrito militar de clara función fronteriza que estuvo a cargo de diferentes seniores o tenentes, entre los que destacan Iñigo Sánchez (1055), García Jiménez (1066), Jimeno Garcés (1068), Fortún López (1077) e Iñigo Fortuniones (1096-1103). El avance de la reconquista, con la toma de Arguedas (1084), Sádaba (1096) y Milagro (1098), determinó la ocupación estable y roturación de tierras, hasta entonces "desierto estratégico", comenzando a definirse el territorio de influencia de Ujué, impulsado a su vez por el fuero de población de 1076.

Fundación. Tras la muerte de Sancho el de Peñalén en 1076, Ujué fue una de las primeras villas en apoyar a Sancho Ramírez de Aragón frente a Alfonso VI de Castilla en sus aspiraciones al trono navarro. En reconocimiento, el nuevo rey otorgó en dicha fecha fuero de población a los de Ujué, formándose la villa y organizándose definitivamente la vida municipal en torno a la fortaleza. Por medio de este privilegio les concedió plena libertad e ingenuidad, les absolvió de malos fueros y costumbres, y que no hiciesen servicio alguno contra su voluntad por el "grant servicio que nos hicisteis, y porque vosotros… fuisteis los primeros que nos reconocisteis por vuestro señor y rey en aquella entrada en Pamplona (Navarra) y me entregasteis el castillo".

Alcaides del castillo. 1200 Pedro Jordán1264 Jimeno de Aibar1277 Roldán Pérez de Sotés1280 Jimeno de Sotés1290 Diago Pérez de Sotés1300 Martín López de Urroz1309 Pedro López de Urroz1314 Jimeno Arnalt de Oroz1328 Retenencia a cargo de Alfonso de España, que disfrutaba las rentas de la villa por gracia del rey1335 Pedro López de Ujué1340 Miguel García de Ujué1350 Id. y Martín López de Ujué1351 Martín López de Ujué1362 Roy Sánchez de Amátrian1365 Juan Pérez de Arbeiza1372 Juan Blandín1375 Pedro Martínez de Sarasa y Per Arnalt de Uriz1376 Per Arnalt de Urtubia1405 Encomendado el castillo por el rey a los jurados de la villa, que lo tuvieron a su cargo hasta 14501450 Jimeno de Olleta, escudero de Murillo el Cuende1452 Miguel de Reta

(Ref. Martinena Ruiz, J. J.: Castillos reales de Navarra, Pamplona, 1994).