Fustiñana es un
pueblo eminentemente
agrícola, partiendo de esta base, se mantienen muchas de sus
tradiciones de sus antepasados, aunque, lógicamente, evoluciona conforme a los tiempos que corren. En las
fiestas de la
Virgen de la Peña, aparte de lanzar una
lluvia de
nueces desde los
balcones del
Ayuntamiento, también se prende una
hoguera todos los días en la
plaza del pueblo.
En las fiestas en honor a
San Justo y
pastor, como no podía ser de otra forma, no faltan los festejos taurinos, el
principal atractivo de esta zona. Las
vaquillas en la
calle congregan a cientos de
personas de toda la comarca, y las 3
Comidas Populares, gratuitas que se realizan en estas fiestas.
Por otra parte, el fustiñanero es muy hospitalario con los visitantes.
Un dato
curioso es que este pueblo dispone de un elevado número de masajistas. Hasta aquí vienen enfermos procedentes de toda
España, ya que algunos de ellos han convertido sus manos en auténticos prodigios milagrosos para recuperar a quienes padecen enfermedades relacionadas con esta especialidad.