Los árabes escogieron este magnífico lugar para sus vacaciones y descanso, volviendo a utilizar las antiguas
termas romanas en las que calentaban el
agua salada, aprovechando todas las propiedades terapéuticas de esta agua. Los mismos árabes bautizaron al lugar como Al-kazar, que significa
palacio o
casa del rey.
Más
tarde, con el repoblamiento cristiano,
Los Alcázares consigue bastante importancia como
puerto pesquero y de mercancías, debido a su posición estratégica.
A principios del siglo XX, los murcianos comienza a acudir a Los Alcázares a tomar los famosos novenarios, que significa nueve
baños, para reponerse del cansancio de la
huerta. En la actualidad se mantiene esta
tradición, aunque con variantes más modernas.