No comprendía por qué desconocidas razones aquella ciudad tan distinta en muchas cosas a mi pequeña
Soria me resultaba, sin embargo, tan cercana. No podría ser por el trazado de sus
calles, tan proporcionadas, modernas, paralelas y espaciosas: Media Luna, Aralar, Olite, Amaya, Carlos III…cortadas a cartabón por otras tan amplias como ellas: Aoiz, Iturralde y Suit, Tafalla…, ni su
río Arga, ni sus
murallas, ni sus alrededores, ni quizás sus gentes. No obstante, había algo intangible e inmaterial que
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