EL MACHISMO HASTA EN LOS PERROS
Cuando siento a mi perro el podenco Ibicenco Triki ladrar, por se un machista de los que dejan huellas, pienso que pobre esposa o novia tener que aguantar a tan machista persona, por decir algo, lo mismo diré de la mujer machista, que existe por desgracia, yo lo he podido ver en ciertos momentos, Mi perro Triki cuando tarda en ver a su novia, la recibe ladrándola y pidiéndola cuentas, cosa que la perra no le hace mucho caso, y entonces él podenco se excita, empezando a dar saltos y corre en su entorno, para demostrarla que es más fuerte y ágil que ella, lo mismo que algunos humanos machistas, que vocean y amenazan a sus víctimas, esposas hijos o suegras. Dejándose notar que ellos son los dueños absolutos de sus vidas, mal camino, lo demuestran los animales machistas, que tratan de humillar a sus vecinos de ascensor o escaleras, para evitar que les quiten esa perra que la tienen como si ellos fueron sus dueños, equivocación total, ya que esa perra puede al día siguiente desaparecer de ese entorno, y olvidarse por completo de ese perro machista, que él debe de creer que la proteja de otros perros, que cuando pasan por su lado les ladra y quiere arremeter contra ellos con sus dientes afilados de acero inoxidable, todos los días estoy viendo esa conducta machista que no me agrada nada, Ya que desde muy niño tuve cinco hermanas, para mi fabulosas, y nunca quise que tuvieran un marido machista, ahora que veo a mi perro que esta entero, como se comporta, me da miedo el machismo intolerante, que puede acabar con los seres más queridos de su entorno, solo para dejar muerte y dolor en su pareja, alguien me comentó “el español es machista por naturaleza”, no me agrada nada el comportamiento de estos seres irracionales, que solo se protegen ellos, nunca a su entorno, incluso pueden tener varios amores, pero a la persona que ellos se creen que es de su propiedad, que no la miren ni la digan nada. Es algo equivocado que los animales llevan en sus genes. Los humanos tenemos mente o cerebro para comprender hasta dónde puede llegar el límite, y no sembrar tanto dolor y llanto. G X Cantalapiedra.
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