Los primitivos orígenes de
Soria, según el profesor Guillermo Tejada, pese a llevar un nombre celta o prerromano, hay que situarlos hacia mediados de la Edad Media en la construcción de una atalaya/castillejo vigía para vigilar la entrada o el paso desde el Este hacia el Oeste del
valle del Duero -entonces, aquí, el Oria- en donde ahora esta la
ermita de "El Mirón", y cuyo nombre es un testigo traducido de su nombre original. Su nombre original, hemos de suponer, "S (o+o) ria", es una palabra compuesta sincopada de "So-" = "el que mira/el
mirador/el mirón/la miranda", más "-Oria" ="el
río" - que seguramente es como se le llamaba entonces al río principal hasta que fue sustituida por la palabra Duero, que venía de su primer tramo- es el nombre, que en su lengua, le puso el grupo repoblador o al que le encargaron que creara un puesto de vigilancia, procedente indudablemente de cualquier parte de la "franja septentrional ibérica", donde la mayoría de sus gentes hablaban todavía predominantemente esas lenguas -lo mismo que en "Gar (r) ai"-; es decir, que "Soría", aunque luego veremos otra opción posible, quiere decir, en principio, "El Mirón/Mirador/o Miranda del río/o del Oria - más tarde Duero-"; una especie de atalaya vigilante y defensiva que permitirá ir bajando la repoblación por su ladera hacia el vallejo de "el collado" y el valle del Duero hacia el Este, a la vez que lo encerrará para protegerlo con una
muralla, cuyos restos todavía lo pueden testificar. (El
castillo da la impresión de que es un añadido posterior, seguramente para reforzarla...) Otra explicación posible a su nombre pudiera haber sido un original "Os+oria", (junto al) "valle del río", que hubiera dado lugar al nombre posterior; pero la pervivencia de "El Mirón", el trazado de sus
murallas a partir de él, nos hace dar más veracidad a la 1ª opción.
La primera constatación histórica de la existencia de la ciudad se produce en el siglo IX cuando musulmanes y cristianos se hallaban inmersos en las luchas para dominar las tierras próximas al río Duero.
La ciudad fue reconquistada por los cristianos pero no fue hasta el reinado de Alfonso I El Batallador, entrado el siglo XII, hasta que se produjo la repoblación de la ciudad.
Durante el reinado de Alfonso VII comenzó un periodo de auge para la ciudad que se mantuvo durante la época del rey Alfonso X.
La unificación de las Coronas de Castilla y
Aragón en el siglo XV privó a Soria de funciones estratégicas, posteriormente la expulsión de los judíos supuso un claro declive para la ciudad, si bien la
ganadería mantuvo una cierta importancia hasta que se produjo la caída de La Mesta.
En la Guerra de Sucesión la ciudad fue testigo de numerosas batallas.
En la Guerra de la Independencia sufrió no sólo el ataque de las tropas napoleónicas sino que parte de sus murallas fueron destruidas.
En la actualidad Soria es una ciudad tranquila y acogedora.