El
pueblo recibe su
nombre porque en sus
tierras se estableció un
mercado romano, sus comerciantes empezaron a establecer su residencia en la zona hasta consignarse como municipio. Es posible que hubiera en esa zona una
quinta romana que surgió, como otras, al amparo de la
Vía de la Plata.
En época visigoda, estos lugares fueron habitados, hubo un "vicus" o pequeño poblado de agricultores en la zona de Las
Cortinas, donde al parecer se hallaron pizarras escritas y que según la toponimia del lugar y la
tradición oral, hubo una
ermita.
Se funda hacia el año 1090, por gentes procedentes del
Valle de Mena (
norte de
Burgos), llamándole MERCADIELLO (castellano
antiguo). Su fundación fue el resultado de la repoblación ordenada por el rey de
Castilla y León, Alfonso VI.
LA
CRUZ DE LA NIÑA (
Leyenda)
Cuentan que allá, por los
tiempos de... tan lejanos que nadie es capaz de hacer memoria del suceso, una niña acudía a llevar la
comida a su
padre, labrador de aquellos tiempos, a alguna de las tierras que poseía en plena
sierra, en dirección a
Gallegos de Solmirón.
Eran tiempos si no invernales, poco menos, puesto que los
caminos debían de estar borrados por el
agua o la
nieve y los lobos, que entonces proliferaban en la comarca, andaban al acecho de cualquier
presa con la que sustentarse.
Por supuesto, atacaron a la niña y la devoraron, y en el lugar mismo donde aquello ocurrió, alguien puso una hito de
piedra clavado en el suelo que, desde entonces pasó a llamarse "La Cruz de la Niña".
Así me contaron la pequeña historieta, a la que cada cual añade su ribete de terror, año del suceso e incluso identificación de la pequeña.
Cierto es que la leyenda es similar a tantas y tantas de nuestra
vieja Castilla. Todo un ejemplo de transmisión oral de algo que, sucediese o no, ha dejado huella. Esta vieja
historia en
Mercadillos es tan
antigua que ha pasado de generación en generación a lo largo de los siglos, al menos de tres siglos, puesto que en el Catastro de Ensenada de 1752, ya se cita el lugar de La Cruz de la Niña.
Dehesa de
CODES
La dehesa de CODES tiene unas 150 ha. y que pertenece a los
vecinos del pueblo. Esta
finca perteneció a un
militar que en los primeros años del siglo XX se la vendió a los vecinos del pueblo. Según me contó mi
abuelo la dehesa de dividió en 10 partes, según las posibilidades de cada uno se hizo propietario de algunos terrenos. Los más fuertes económicamente compraron una parte; y los que menos, se juntaron para
comprar una parte entre varios, de tal manera que prácticamente todos los vecinos del pueblo eran propietarios de algún terreno en la dehesa de Codes. Según me contó mi abuelo las primeras tareas que hubo que realizar fueron la de limpiar el exceso de vegetación o
monte que había.
Tal era la cantidad de materia orgánica sobre el suelo, procedente de la vegetación, que los primeros años sirvió de abono y se obtuvieron unas cosechas muy abundantes. En aquellos años y hasta los años 60-70 (las
últimas siembras datan de los años 80) se sembró prácticamente toda la dehesa, incluidas las barreras, esto fue posible a que se hacían las tares con animales; con máquinas en algunos lugares hubiera sido imposible. Se utilizaban técnicas tradicionales, lo que hoy denominamos
agricultura biológica.
Hoy día la dehesa se parece a lo que fue en un principio ya que la vegetación ha vuelto a ocupar su lugar ya que se ha dejado de sembrar.
Los nombre de las distintas zonas del pueblo, para muchos ya olvidados, forman parte de la historia de
Mercadillo. Algunos de estos nombres no existen en ningún otro lugar:
Garamasta, Aleguillas,
Nuncarejo, Cigunales,
Machío,
Retura... (Ver
mapa del término municipal en
FOTOS).
EL
RAYO QUE NO CESA
6 de
julio de 2016. Un tremenda
tormenta,
entorno a las 23:00 h provocó un apagón después de que un tremendo trueno y una explosión dejara a sus habitantes helados. A la
mañana siguiente todos descubrimos consternados el estado en que había quedado la
torre de la iglesia (ver fotos, El rayo que no cesa). El Obispado y la Diputación de
Ávila tuvieron a bien reconstruirla y en
diciembre de este mismo año había quedado reparada. La única pega es que al tapar con cemento los hueco entre las
piedras se ha impedido que las aves puedan
anidar. Anteriormente la torre era un hervidero de gorriones, tordos, chovas (estas aves eran mucho más abundantes en épocas anteriores a los años 80 del S. XX) y vencejos en la época
primaveral y estival. Actualmente anidan las
cigüeñas,
antaño difíciles de ver, allá por los años 70.
PALABRAS PROPIAS DE MERCADILLO en Desuso (Continuación)
R
Rabero: cuerda, cadena o tira de piel para conducir y sujetar a las caballerías.
Raspas: espina de
pesca (
pescado).
Repía: Peonza. Repiar: girar, dar vueltas, girar sobre sí mismo. Expresión.- Dar vueltas como una repía.
Rodilla: paño de cocina que se compartía, cuando, en torno a una mesa, comían todos de la misma
fuente. Se colocaba en la rodilla, de ahí su nombre y se pedía "pásame la rodilla", para limpiarse. Paño común que se utilizaba para limpiarse, servilleta.
Roznar: rebuznar.
Ricia:
Restos que queda de un montón de heno. Desperdicios que se deja de algo en el suelo. Sobras.
Riciar: Recoger la ricia del heno, de la cosecha. Lo que sobra, los restos.
Rodete: Trozo de tela que se utilizaba para llevar el cántaro en la cabeza. Especie de aro de tela que se pone en la cabeza para asentar el cántaro y llevarlo en
equilibrio sobre la cabeza.
Rollo: Piedra redonda.
Ronchar: Crujir. Las cortezas de los torreznos ronchan.
Roña: Suciedad acumulada en el cuerpo.
Rede: 1.- Red de baluarte de
carro para transportar haces o paja trillada.
2.- Entramado
redondo hecho con cañizos de
madera para resguardar el
rebaño de ovejas por la
noche para que no se dispersen.
S
Socarrar: Quemar los pelos al
cerdo tras ser sacrificado en la
matanza con pajas de la cosecha (Balaguera).
Sollar: Despojar de la piel a un
animal.
T
Taina: Coz. Tirar las taina, cocear.
Tajo: