Los Arcoiris se forman por la refracción de la luz del sol a través de las gotas de
lluvia que cae.
La luz blanca del sol es descompuesta en sus
colores (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta) por la refracción y es emitida desde las gotas de
agua en diferentes ángulos, por lo que de cada gota no podemos ver todos los colores.
Así, el arcoiris que vemos, el que llega a nuestros ojos, está formado por esos colores, pero cada
color proviene de distintas gotas dependiendo de la altura
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