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Mensajes enviados por sensi:

¡Cuántas cosas hay en una risotada! Es la clave secreta con que se descifra un hombre entero.
La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.
El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.
Buenas noches Antonia.. felices sueños. un abrazo
En un barrio donde todo era cemento, verjas oxidadas y ventanas con rejas, empezó a aparecer algo raro: puertas pintadas. No puertas reales, no. Eran murales. Pequeños. Hermosos. En paredes rajadas, en muros de fábricas abandonadas, en la parte trasera de supermercados. Algunas con escalones, otras con aldabas antiguas o conredores de flores que nadie había regado nunca.
La gente las notaba, pero nadie sabía quién las hacía.
Hasta que una madrugada, Adrián —que regresaba de una fiesta, con el alma ... (ver texto completo)
Cuando el trabajo es placer, ¡la vida es alegría!. Cuando el trabajo es un deber, la vida es esclavitud.
Que la vida nos libre de los lobos vestidos de ovejas, de la envidia disfrazada de sonrisa y la falsedad disfrazada de amigo.
Vida es todo lo que haces con pasión: todo lo demás, es tiempo que pasa.
Hay muchas maneras de entrar en la vida de la gente, pero sólo hay una para quedarse: el respeto.
Buenas noches Antonia. que descanses bien. un abrazo.
— ¿Sabes qué es lo más difícil de envejecer?
— ¿Qué?
— Que uno se vuelve invisible.
Mientras uno es joven, es alguien: bello, seductor, carismático, fuerte... o al menos, notado.
Pero todo eso termina por desvanecerse.
Y uno se convierte en “el señor mayor” con la chaqueta gastada, o “la señora” con el abrigo y el sombrero desteñidos.
Es como si ya no existiéramos realmente. Nos volvemos transparentes.
— Pero ¿sabes? Te noté en cuanto entraste en la habitación...
Esta frase proviene de una ... (ver texto completo)
Los muertos son los únicos que ven el final de la guerra.
La guerra es siempre una derrota de la humanidad.
Gracias a la guerra uno no sólo puede morir por sus ideales, sino que incluso puede morir por los ideales de otro
Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
Buenas noches Antonia. que descanses y sueñes bonito. un. abrazo.
Poesía de Antonia Fuentes (la paisana)

Quiero rendir homenaje.
Al pueblo donde nací.
Aunque ya hace muchos año.
Que yo me vine de allí.
Yo vivía muy feliz.
Hasta mis catorce añitos.
Tengo tan buenos recuerdos.
Pues todo era tan bonito. ... (ver texto completo)
Hay quienes creen que nunca van a tener sed y rompen el vaso.
Sólo hay una manera de vivir con dignidad: tomar sus propias decisiones, aceptar las consecuencias y no mirar hacia atrás.
Vive sin lastimar. camina sin herir, apoya sin esperar, trabaja con actitud y ayuda sin juzgar.
Aquel que procura el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio.
Buenas noches Antonia. felizdes canso. un abrazo
Cuando tenía 13 años, llevaba dentro una vergüenza secreta.
Éramos tan pobres que a menudo iba a la escuela sin nada para comer.
En el recreo, mientras mis compañeros sacaban sus manzanas, sus galletas, sus bocadillos,
yo me quedaba sentado, fingiendo no tener hambre.
Hundía mi rostro en un libro para esconder los rugidos de mi estómago vacío.
Por dentro, el dolor era mucho más fuerte de lo que podría describir.
Un día, una chica se dio cuenta. Discretamente, sin llamar la atención, me ofreció ... (ver texto completo)
El arte del saber vivir consiste en tener los ojos de quien ha pasado por muchas y la sonrisa de quien las ha superado todas
Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición.
La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás.
El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas.
Un poco largo pero bonito

— Disculpe… ¿a dónde me lleva? — preguntó la mujer en voz baja, mirando con desconcierto por la ventana del coche.
— Señora Marcela, hemos llegado. Este es el hogar de ancianos “Santa Ana”. A partir de hoy, usted vivirá aquí.
— ¿Cómo que… viviré aquí? — su voz tembló. — ¿Y mi hija? ¿No viene?
— Dijo que la llamará, — respondió el conductor mientras dejaba una pequeña maleta en la acera: un suéter, un cepillo, una vieja fotografía.
— Le deseo mucha salud, señora Marcela. ... (ver texto completo)
Si la gente solo hablara de lo que realmente sabe, el mundo estaría envuelto por un silencio mágico.
No críes a tus hijos para que sean ricos. Enséñales a ser felices - Así cuando crezcan, sabrán el valor de las cosas, no su precio
Crecí lo suficiente para entender que hay guerras que se ganan abandonándolas.
El presente es un hermoso regalo...! ¡Vivámoslo con gratitud, con amor y con alegría! ¡
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Domingo!
Buenas noches Ántonia. felices sueños. un abrazo.
— ¿Y tú qué quieres ser, Ju-Yung? —me preguntó mi padre mientras cargábamos un saco de arroz entre los dos.
—No lo sé —le dije—, pero no esto.
Nací en Asan, una aldea tan pobre que la tierra parecía prestada. Éramos tantos en casa que si uno lloraba, otro tenía que esperar su turno. Comíamos una vez al día. A veces menos. Mi madre cocinaba lo poco que teníamos en una olla que ya no tenía tapa, y mi padre repetía que la tierra era lo único seguro en esta vida.
Pero yo no quería tierra. Ni arroz. ... (ver texto completo)
Todo siempre pasa por algo, aunque no lo entiendas en el momento.
El progreso es progreso, sin importar lo pequeño que sea.
No esperes a que las oportunidades toquen a tu puerta, sal a buscarlas.
Cada día es una nueva oportunidad para ser mejor que ayer.
Poema de LA PAISANA Antonia Fuentes

Tenemos cuatro estaciones,
que significan un año.
Invierno y la primavera,
el otoño y el verano.
Ya estamos en el otoño.
donde todo esta amarillo.
Pues aun hace calor,
es el sol de los membrillos. ... (ver texto completo)
Cada noche morimos y cada mañana volvemos a nacer: cada día es una vida.
La nostalgia es una vieja amiga que de vez en cuando llama a la puerta.
Elegir con quien hablar es importante, entender con quien estar callado, mucho más.
Hay algo dentro de ti que nadie te puede tocar ni quitar, si no quieres, se llama esperanza.
Buenas noches Antonia. felices sueños. un brazo.
En una granja perdida entre lomas y charcos, vivía un burro llamado Gustavo. Era alto, gris, serio. De esos que mastican con lentitud y miran como si lo supieran todo. No rebuznaba nunca.
No corría. No se mezclaba. A Gustavo le decían “el filósofo de las patas largas”.
Aunque nadie sabía si pensaba tanto… o simplemente no tenía ganas de hablar. Un día, llegó un perro. Pequeño, blanco, orejas enormes…y con un disfraz de burro mal cosido.
— ¡Hola! —dijo, con una sonrisa tan ancha como su entusiasmo—. ... (ver texto completo)
Nunca debe el hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pues esto no le servirá de nada. En cambio, en su poder está siempre mejorarlos.
Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada.
Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una.