Mensajes enviados por rogelio:

NOCHE DE REYES

Rogelio estaba blanco, estaba nieve,
con la frente al cristal, cristalizada,
fuera del vidrio ya, junto a la helada
escarcha de la noche…era tan breve,

tan tímido su aliento, era tan leve
su existir en la espera ilusionada,
como un pecho de virgen desvelada ... (ver texto completo)
LUCES, LUCES, todo luces, las que ponen para deslumbrarnos.
Caras sonrientes, poses buscadas, sonrisas de dentista, blancas, frías, finas.
Trajes de festejar, fotos para la familia, para engañar amigos, bolsillos vacíos, almas secas, como pellejos colgados a secar en un varal.
Tantos deseos buenos, deseados con palabras vacías, gastadas, tres frases hechas que no dicen nada. Nos espera un mañana impreciso, temeroso, oprimido, sin libertad de las palabras ni de las obras, abundantísima carne de ... (ver texto completo)
Esta noche estoy triste.
Me han asaltado, en tropel, un montón de recuerdos y muchos más momentos de realidad.
Comentaba con Miguel, uno de mis queridos enemigos, los achaques que nos están asaltando la relativa tranquilidad y seguridad que nos da la jubilación.
Resulta que unos días atrás, el cuerpo le avisó que estaba llegando a una curva de la irreal carretera por la que circulamos, y que allí, se había de reducir la velocidad, para no salir despedido por la inercia, hacia el barranco hondo, ... (ver texto completo)
Yo, como los yogures, tengo fecha de caducidad.
Ya se cumplió el límite. Días ha, muchos días, muchos, si estás esperando.
Tan bien puedo decir que me han echado para atrás, tres veces, tres.
Una voz decía: no es hora. Otra ordenaba: ¡espera!
¡Tantas cosas para hacer y, sin saber cuáles!
En al cuerpo cansado, en la mente dormida, aún quedan rescoldos de verdades que vivimos en otros días.
Azul y limpia despertó la mañana.
Es día de despedida.
Sol y brisa, hermoso día en que la primavera ríe.
Al polvo te envían.
En el cielo hay fiesta, alegres, esperan a la puerta.
Las sandalias, tras largo camino, no están manchadas.
Pasad, la vida empieza.
Hasta pronto.
Y pasaré a buscarte…Sí.
El domingo, cuando el sol despierte.
Con el aire puro de la mañana.
Sí, yo iré a buscarte.
Cuando despiertan las rosas y antes que vuelen las mariposas.
Sí, allá, donde las cuidaba Amaro, donde fuera el callejón de los misterios.
Vendré a buscarte, porque es Domingo de Ramos…
Y llevaré dos de romero…
Uno para ti, uno para mí.
Y haremos repicar la Chica, para escuchar su voz de plata. ... (ver texto completo)
Quietos, quietos estén los cielos.
Quietos los suelos. Quietos.
Que nada rompa el silencio.
Despidiendo al amigo, lleno está el pueblo de jóvenes y viejos.
La campana gorda, tañendo está a duelo.
Las ondas que el bronce lanza al viento, lanzas son que atraviesan los corazones.
Ojos míos, ¡soltad dos lagrimones!
Tu presencia seguirá, Eduardo, por todos los rincones.
Con la vista nublada, alcé mi copa al cielo, por ti, que viviste tan poco tiempo, y vi un camino marcado con una jota, que llegaba ... (ver texto completo)
Aquí ha llovido.
Hace frío.
El cielo es gris, apagado, como sin ganas.
Este marzo, ya mediado, sin sol ni viento, gris y quieto, tiene pocos parientes en mi recuerdo. Los más, son más bien de días cálidos, crecidos, con atardeceres luminosos.
Pero no todos.
Recuerdo un día, ya muy, muy lejano, en que yo era un chaval soñador, pero el campo no entendió nunca de sueños y me tenía con las manos en el mango del azadón cavando barcillares, con el viento cortante entrando por los agujeros del viejo ... (ver texto completo)
Es la hora de los puros.
Las gallinas, los zorros, las culebras, los bueyes con la cerviz bajada, tienen su tiempo y ahora disfrutan regodeándose al sol de febrero.
Hasta los más miserables tienen su día, su momento.
¿Fue Jesús, quien dijo aquello de: quien esté libre de culpa, (pecado) que tire la primera piedra?
Es la hora de los puros.
De los puros de fumar.
¡Que se hagan humo!
Terminando los días de este año marrano, pasan cosas que no me dan el placer que otrora me dieran. Sí, aniversario, brindis, buenos deseos de amigos en la distancia, y fe y esperanza y ganas de seguir que aún me quedan, pero en el otro plato de la balanza se van amontonando crespones negros, adioses sin presencia, imágenes de luz de una tarde agosteña, mientras la voz que vuela por el espacio se queda en una conversación llena de buenos deseos, de ánimos, de palabras cansadas que dejan escapar agradecimiento ... (ver texto completo)
A las tres, tocaban a oficio de difuntos.
Había prisas por la casa. Las mujeres corrían de acá para allá. Se iban cambiando de ropa al tiempo que achuchaban a los hombres y niños para que hicieran mismo. Las niñas en esos casos ya se veían mujeres y de tal se comportaban.
¡Vamos, que están dando la segunda y mira como estamos! ¡Niño, que te limpies la cara! Si ya me lavé madre…
El oficio era un tostón, todo negro, cánticos que eran lamentos, rezos murmurados, monótonos, con palabras gastadas ... (ver texto completo)
Esta cabeza dura, vieja y dura, duele y duele.
Sigue y sigue cerrada a quienes a la puerta llaman.
El tiempo apremia, sí. Escasea.
Es verdad, sí, el tiempo escasea.
Según nuestro calendario, poco nos queda.
Pero, ¿quién sabe qué hay tras la ventana que se abre al despertar el día?
Misterios son de la vida.
¡Me cuesta tanto dejar que la vida fluya!
Esta puñetera manía mía de, (y con el mazo dando).
Siempre a Dios rogando. ... (ver texto completo)
Vaya por delante mi respeto y mi cariño.
Por delante vayan también la caha, la gorra, la sonrisa burlona y el ucho, Don Miguel.
¿Cuántos caen, jovenzuelo, 58? No sé, con los números tengo un revuelo…
Pasito a pasito vamos siguiendo el sendero.
Procesionando a San Roque, los años van cayendo.
Otra pongo en vuestro debe, porque cobrármela no puedo.
¡Felicidades Don Miguel y un abrazo muy fuerte Miguelucho!
15/8/21
Una noche de verano, noche de buscar el fresco, vi en una acera de la plaza dos figuras semi tumbadas, no recuerdo si se veían solas o si formaran parte de un corro.
En la plaza había jaleo.
Chiguitos y chiguitas, corrían, chillaban, reían; o sea que jugaban como otrora, otros lo hacíamos.
Chavales y chavalas, ya más grandes a otra cosa jugaban.
Nada nuevo. En el mundo, que ya es viejo, siendo todo siempre lo mismo, siempre todo es diferente.
Básicamente depende del rol que interpretemos.
En ... (ver texto completo)
Rogelio:
Quiero pedir disculpas a todos aquellos que no habéis tenido respuesta por mi parte cuando por el Facebook a mí os habéis dirigido. Lo siento.
Ha sido un tiempo de pocas ganas y de ilusiones menguadas, casi todas desaparecidas. El sol y la luna, ¡me encontraban tantos días en la misma esquina!
Solamente alguna despedida en pueblos (en el mío) un sitio donde se reúne más gente que en la iglesia y el sitio donde ellas vivieron, sufrieron y amaron. Buenas gentes, siempre buenas gentes.
Pero, ... (ver texto completo)
Y se fue.
Con el sol de julio nos abandonó.
Tanto sol de julio en la cabeza, bajo el pañuelo, bajo el sombrero.
La siega, las lentejas, las gavillas, las morenas.
Y al llegar el medio día, en el coche de San Fernando,
vuelta a casa bajo un sol que aturde, y encender la hornilla, cuatro palos y un poco de paja y preparar la comida.
¡Que dura era aquella vida!
En la solana del caño queda su silla vacía.
Si una noche de tertulia vierais pasear dos sombras por la plaza semi oscura y quieta, ... (ver texto completo)
Cuando a Rogelio lequemaba el hierro
con que esclavo la tierra le tenía,
buscaba en tentadora lejanía
una liberación para su encierro.

Dejaba el pueblo atrás, cruzaba el cerro,
y en senderos ya andados se perdía...
En tales escapadas, le seguía
la flaca arquitectura de su perro.
... (ver texto completo)
Puntuales, como vuelven las golondrinas, así llegan los recuerdos de aquellos Domingos de Ramos. Hermosos, fresquitos y esperados.
Por entre las flores primeras que nos trae la primavera, pasearán libres los espíritus puros.
Las peleas de los pardales, el chillar de las golondrinas, el toque de la Chica, el aire limpio y fresco, el olor de las ramas de romero, los salmos cantados, el viento jugando con las faldas, el azul intenso del cielo, el pañuelo nuevo, los zapatos limpios. Deseos, sueños, ... (ver texto completo)
Las cacharras en la calle en el remolque, y el “remolquin enganchau al amoto” enfrente de la casa “dElicio” donde hacen el queso los queseros, viven, crían niños y le ponen a la vida lo que esta les pida y aún un poco más.
Creo que por entonces esta gente utilizaba ya ese reloj que acojona un poco a los tibios, porque solamente marca la hora de empezar el trabajo, las otras se le borran todos los días.
Y luego fue la casa del Gitano, llena de niños, y la cochinera y el cauce, y los pastores llevando ... (ver texto completo)
La luna está cerca del cenit.
Hace frio.
Redonda y llena. Amarillea.
Gasas de humedades invernales, humos y nubes la envuelven.
No presagian nada bueno estas visiones.
Las agujas del reloj avanzan lentas.
El año muere. Pero otro nacerá.
Estamos vivos. Vivos y solos. Libres.
Cambió el año. 00/01/2021
Ya es 01/01/21 ... (ver texto completo)
La ciencia, como la vida, el presente y tantas cosas más, son solamente como un fugaz destello en el inmenso espejo que agita el azar.
Todos miramos en él, y lo que en él vislumbramos, verdad absoluta creemos.
De vez en vez, alguien se queda observando y recordando cosas que en él se reflejaron ayer.
Ojalá pronto sean muchos los que descubran como cambia todo según en él incida la luz.
El sol lleva ya un tiempo dedicado a secar lágrimas.
En la oscuridad de la noche que extiende el cabrón del ... (ver texto completo)
En esta noche de Santos y difuntos, ¿quién está jugando con mi reloj?
¿Quién está dando gritos?
¿Qué dice?
¿Qué quiere?
¿Quién juega con las letras del teclado?
¿Alma en pena, amigo, guasón descarado?
¿Espíritu necesitado?
Cierro los ojos. Las manos sobre el teclado. Espero.
Llegan impulsos a las yemas de los dedos, pero no sé interpretarlos. Pesa en ellos como un hormigueo.
Algo de congoja, un poco de miedo. He estado removiendo recuerdos… ... (ver texto completo)
Está lloviendo en el puerto, está lloviendo.
Lluvia larga y pesada, sin tregua en el tiempo.
Lluvia que dura del verano al invierno, y el resto del tiempo.
Los marineros se alejan del puerto.
No van a la mar, si no tierra adentro.
Los días pasan pero sigue lloviendo en tú puerto.
A solas están la barca y el marinero, patrón del aguante al guantazo más fiero.
Y sigue lloviendo en el puerto.
Dicen en el pueblo que el patrón se tiene ganado el cielo.
Carpintero, carpintero: ¡Que Neptuno te ... (ver texto completo)
¡Que traiga el aire un son de campanas.
Campanas lanzadas al vuelo llamando a la fiesta.
Alegre y festivo. Con olor a forastero!
Mañana de la fiesta: con el sol despertando, subíamos por Gallegos el último carro de mies.
La hora fresca y el aire de fiesta.
En la mente una ilusión, en el corazón la esperanza de...
A misa de doce ya llaman alegres las campanas.
Agua fresca en las palanganas.
Ropa nueva. Olor de colonia. Prisas.
De dos en dos suben los machos valientes los peldaños, desafiando. ... (ver texto completo)
La luna se recoge prontito.
Es tan niña que los padres solo la han dejado pasear un ratito.
¡Qué bonita la lunita!
Juega al escondite con una nubecica negra y despistada que al acaso pasea por el horizonte.
En los montes más altos, relampaguea.
En lo gordo, silencio.
Cantan lejos algunos grillos.
Voy a poner en letras mis pensamientos.
Abriré la ventana por si llega un poco de aire fresco.
Siiiiii, ¡que nadie lo sepa!
No tengo miedo del ayer porque ya pasó.
Ni del mañana, porque aún no ha llegado.
Y el ahora, es tan corto… que ya pasó.
Pero tengo miedo de perder el tiempo. Y quiero tiempo para pensar.
Para pensar en ti, para pensar en mí.
Para pensar por mí, por mí solo. Para pensar solo y en mí solo. Y en los otros, y en vosotros.
Y pensando me encontré, algunas veces, cual punto imaginario en el inmenso vacío que está lleno. Flotando en el aire de algún sitio desconocido. Sitio donde se encuentran siempre, juntos, separados y revueltos, el ayer y el mañana de los míos, de los otros, de todos y el mío.
Y me he visto y os he visto, y a veces, me han dejado ver algún porqué. Y a veces no he visto si no el vacío.
Y pensando sigo hacia dónde han de seguir mis pasos, pero no lo sé.
Después de tres veces a la puerta del otro lado y ser rechazado, no tengo duda alguna que, Alguien, guía mis pasos; pero, ¿si supiera para qué?
Y tengo tiempo para pensar, y pienso en mí, y pienso en Dios, y en la vida y en la muerte, sí, y pienso en la suerte que tengo, suerte de ser.
Sí, que duro es querer ser.
Y la plaza del Cristo no tenía piedras. Era una losa blanca con escarchas agujereadas por el viento y el agua, que al pisarlas se quebraban. Y había redondeles de arena que arrastró el agua de una tormenta.
Y en el silencio de la noche se oía siseo de faldas y los pasos de la descarnada.
Esa no es su calle: ¡Déjale seguir! ... (ver texto completo)
Vienen a verme de lejos. De otros tiempos.
No sé qué quieren decirme, ni qué haga.
Me llevan por el Cristo, pero sin ermita.
Era la plaza, blanca de piedra y arena después de una tormenta.
Una guadaña blanca y una cara descarnada.
Pasos leves, rumor de faldas.
La muerte por allí pasaba.
¿A quién queréis avisar, y de qué?
¿Qué queréis que haga?
Por la calle de la Amargura van saltando de los postigos los candados. ... (ver texto completo)
Entre un inquieto batir de alas en la luz dorada de la mañana.
Hoy he vuelto a sentir la llama de la primavera.
La he visto pasar revoloteando sus verdes faldas.
Esta tarde, luz clara y cielo azul.
Algunos vellones pequeños, blancos y dispersos le adornaban.
En el aire, música de alas.
En los campos, verde, verde, verde.
Verde de las mil tonalidades que algún pintor loco imaginara.
¡Es la primavera hermosa y estos cabrones quieren robárnosla!
¡Ay, abril florece frente a mi ventana! ... (ver texto completo)
Temblando está un alba de primavera.
De un pliegue del tiempo cuelga una lágrima.
En la duermevela, ríe una campana.
Anteayer llegaron las golondrinas.
Yo las vi pasar en vuelo rasante. Raudas como saetas.
Debían llegar del viaje.
En el fresco de la mañana, ayer, volando en círculos sobe mí, con sus trinos me saludaban.
¡Golondrinas de ayer y de otras mañanas, siempre junto a mi alma!
El romero está azul de flores.
Quiero cortar una rama. ... (ver texto completo)
Por fin termina la escuela.

Nos ha dicho el maestro que para el lunes vayamos preparados para hacer limpieza de la clase, que la escuela ya ha terminado; los exámenes, bueno no les damos una excesiva importancia, (todos hemos aprovechado muy bien el curso, dijo muy serio el maestro) y por tanto las notas, (todos aprobados) pues no son cosa seria y menos para gente de nuestra edad (8-9) años). Para todos los chavales del pueblo, entre los 6 y los 14, la escuela es algo obligado y por tanto odiado. ... (ver texto completo)
Buscándonos vamos, yo y la muerte.
El otro día, encontrámonos de frente.
Nos miramos, se giró, y me ensañó el rabo.
Pero se quedó murmurando.
A la puerta del —porsiaca— siempre voy vigilando, por si se me acerca algo.
Los días, largos y solitarios, van pasando.
Y, yo, al de la ermita suplicando.
Y los veo pasar caminando por la ciudad.
Figuras en blanco y negro.
Mujeres elegantes y hombres con sombrero.
Caminando decididos a sus negocios a sus casas o a otros sitios.
Con prisa parecen ir los más, tranquilos los menos.
Jóvenes, viejos, madres con niños en cochecitos y gentes de mediana edad.
¡Ay, la vida! Siempre es igual la vida, dura y puñetera.
Y se les fueron pasando los días. Y ellos y ellas se fueron.
Y nos dejaron sus cosas y nuestras vidas.
Y aunque parezcan tan diferentes, ... (ver texto completo)
Y sin embargo: Cupido sigue trabajando.
Cada día con su cosa.
Algún día cada uno en su casa.
Jesús nació en un pesebre, dicen.
Los niños no lo saben, aunque lo repiten.
Y en estas fechas celebramos…?
Que hay muchos regalos.
Cada día más payasos y, cuanto más tontos, más esclavos.
Prefiero al niño en la cuna y los pastorcillos cantando.
Y sin embargo, Cupido sigue disparando. ... (ver texto completo)
Y llega Navidad. Ni fu, ni fa.
¿Qué vamos a celebrar: el nacimiento de un niño que fue Dios? ¿El fin del menguar de la luz de los días?
No sé, pero viendo como pasa la vida estos días, solamente celebraremos, los más, eso, que celebramos, y celebramos porque hay que hacerlo. Todos lo hacen, no vamos a ser menos.
Y comemos y bebemos, y brindamos y felicitamos y salimos y viajamos y… y somos tan felices
Huecos los hechos, vacías las palabas, nulos los deseos.
Los días cortos, los temores largos, ... (ver texto completo)
En el silencio de la tarde, mi alma está descansando.
Miro hacia el futuro repasando el pasado.
Los árboles se quedan pelados.
Las hojas de los robles lucen hermosos dorados.
Por la mañana, pintados están de blanco los campos y los tejados.
Amanece frio y blanco. Frio y blanco.
Desierto todo, como mi ánimo.
¡Ay, los amigos se me van marchando!
Frio y blanco, frio y blanco.
¿Hasta cuándo me estarán esperando? ... (ver texto completo)
Gracias! Me has echo verle en esos momentos de desgañite! Muy emocionante, estoy segura de que le encantaría esta despedida
Gracias por la discreción.
Me hiciste muy feliz.
Saber que alguien lee lo que escribes, recompensa.
Saber de gratitud, llena.
Saber los pasos que producen tus hechos emociona.
Fe. Luz. Vida.
¡Empieza así cada día!
Enredada en el alma llevo la estela de una canción.
Lleva en las notas la pena y la esperanza en el corazón.
En la palabra la distancia y el amor.
Y el poso pesado del tiempo que pasó, en la música que no sonó.
Con el viento de la muerte se apagó tu voz.
En los labios el beso que no existió.
La esperanza que jamás murió, habita en mi corazón.
Con las hojas amarillas otra vez emprende el vuelo mi imaginación.
A los campos pardos me lleva, al silencio, al rincón.
A la inmensidad del llano, ... (ver texto completo)
Se ha echado a rodar un viejo sabor que añoro todos los años cuando el verano ha sido largo y pesado. Aquel sabor de fresco en la boca y la piel, húmedo y frío, que lleva en el aire la lluvia que se esconde entre los relámpagos de la tormenta que se anuncia en la negrura de la noche.
Otros veranos pasaron también largos y duros, y dejaron huellas en mi alma que no se han borrado con el paso de los años. Años que son casi un vida; una vida que es la mía, y también, las de otros muchos con los que ... (ver texto completo)
Camino al cementerio me llevan mis pasos, en una noche de ensueño en que todo parece cierto y nada es verdad.
Mis amigos allí me esperan. En la soledad del Camposanto charlaremos un rato. Quizá de los viejos tiempos, pues los nuevos…
Y el día de la patrona, procesión. Por los cantos de las aceras te vas tropezando. Por el centro de la calle la cruz y los faroles, después, la imagen llevada en andas, y entre ambos, los pendones
El de la frente despejada solía ir siempre entre los primeros, por ... (ver texto completo)
Esta mañana de agosto, fresca y limpia, me ha traído a la memoria otras tan parecidas que viví cuando la barba se insinuaba en mi cara.
14 de agosto: final de trilla obligado y a la llegada de la noche principio de la fiesta.
Corros de mozos por las esquinas. Mozas en grupos, cogidas del brazo paseando calle arriba.
Aires de fiesta bajo la luz amarillenta de las bombillas.
Dicen que después de cenar, habrá baile en el salón de Marina.
Ahora, con la barba blanca, que me afeito para disimularla, ... (ver texto completo)
Y una noche vieron asustados el cielo encendido; y decían que las estrellas caían…
Cosas de viejos…Ya todos muertos. Sí pero…
La vida, la esperanza, los sueños…
Los viejos vicios…
Mirón, mirón, siempre mirando, mirón…y a veces viendo.
¿De la esperanza dices?
No sé, la llevo ya tan usada, tan manoseada; como siempre ha venido conmigo…
En el pecho llevo guardado un secreto viejo ya, y casi olvidado.
Y aquel atardecer de luz incierta…
El del buen vino me debía una botellina para compartir ... (ver texto completo)
Para Cristina, que hoy, día de su santo, vino a verme y quizá, no me encontró.
¡Felicidades!

Otra vez verano.
Otra vez la luna creciente ilumina mi cubil en un cielo azul y limpio.
Noche calurosa.
A ratos pienso.
En el vientre de la mujer crece la vida.
En el vientre del hombre la melancolía de tiempos mejores, imita melones o sandias.
La luna es una hembra y muy chafardera. ... (ver texto completo)
Soplaba un viento del sur, cálido y lento.
La tarde lánguida y seca iba cayendo.
El sol tras los linderones se iba escondiendo.
Tras marcharse el sol, sobraban gorra y sombrero.
El hortelano estaba regando en el huerto y de una caña colgó el sombrero.
Por el este salía blanca y casi llena la luna, y sonriendo.
En la punta de la caña jugaban la brisa y el sombrero.
Aviones volaban a ras del suelo, las alas tendidas y el pico abierto.
Más alto, hacían tirabuzones los vencejos.
Al cuadro le ... (ver texto completo)
En la mañana fresa cerca del Pajuelo.
Tumbado boca arriba, mirando al cielo, buscaba las alondras que antaño se perdían en el azul inmenso, que en la alta primavera era mi universo.
En el azul intenso del cielo, ni vi alondra ni escuché gorjeo.
Cerré cansados los ojos y los párpados entornados dejaban pasar los recuerdos.
Días felices, sublimes momentos.
Los minutos pasaron, me acogió el sueño.
En sueños vi pasar figuras que están muy lejos.
Y vi pasar sombras aladas que no eran vencejos.
Eran ... (ver texto completo)
Es la fiesta.
Tarde de agosto.
Diez y seis.
El pueblo está en la plaza.
Una nube negra y tres gotas de agua, pintan los colores del arco iris en el aire de la tarde que declina.
Tan poca es el agua, que la gente no se mueve.
Y esos colores sobre nube negra, hacen tétrica la fotografía.
El violín se callaba.
Sobre la plaza, un sabor de despedida flotaba.
Y en mi alma… ... (ver texto completo)
Hoy he visto en el horizonte, allá por donde se puso el sol, una luna de juguete.
Una rodaja de calabaza en la oscuridad perdida.
Parecía la mueca triste en la cara de un payaso que se despide.
Un poco adiós; triste sonrisa burlona.
Calma en el campo, olor de flores.
Silencio.
¿Los ruiseñores están durmiendo?
¿Vendrá ya el calor de la primavera?
En la mañana y la tarde tengo frio mientras escucho el concierto.
La orquesta alada está a pleno rendimiento.
Y aquellas tardes de trilla, se fueron.
Y se fueron las mañanas, y el cantar asturianadas en las noches buenas volviendo de Matallana.
A voz en grito, sí. Más que cantando, desgañitando.
Y nuestros sueños olvidados, y nuestros caminos separados.
Y, ¿no serás tú ese cabronazo, verdad?
Y yo esquivando, que no negando.
¡Ah, la vida se nos pasa!
Y wasapes comunican…
¡Doblad, campanas, con suspiros largos, largos…!
Doblad, campanas, sí, doblad. ... (ver texto completo)
Están llamando a mi puerta, y no sé quién o qué, será.
¿Será acaso la primavera?
La última vez que en ella sentí susurros, eran amigos, amigos que se habían ido.
¿Se despedían de mí, me mostraban el camino?
Solamente, creo, vinieron a verme, y a despedirse.
Y me regalaron una sonrisa.
Por la paz de que gozáis quiero pediros ayuda para un amigo.
Visitarle cuando esté despierto o cuando esté dormido.
Poned paz en su corazón, y decidle de mi parte, que la vida solo es, una parte del camino.
Dejadme ... (ver texto completo)
En el pueblo quieren hacer una exposición de fotografías antiguas.
Me gusta.
Ponerse en marcha a veces se hace con un paso cortito e incierto, pero si va seguido de otros, el cuerpo se activa y empieza un camino hacia un horizonte de primavera, y la primavera es esperanza.
A vosotros que sé que visitáis esta página aunque sea de tarde en tarde, porque es un nexo entre el presente y nuestros ancestros, os pido: rebuscar en el cajoncito donde guardáis los recuerdos de vuestros padres o abuelos ... (ver texto completo)
La calle está desierta.
La carretera serpea con sus luces altas.
Ancha la calle mirando los jardincillos de las casas.
Entre estos y la carretera, juegan las sombras.
Se escucha acercándose, cansado, el motor de un coche.
Al cielo, una luna joven le puso misterio.
Ni una sola tele rompe el silencio.
Paseo.
Hace fresco.
El aire quieto tiene ya un leve aroma de flores. ... (ver texto completo)