Esta barandilla está pendiente de un hilo. Se mueve solo al poner las manos en ella y por eso se ha pensado en su arreglo. El problema es que al tratarse de una barandilla sobre un puente romano, hay que hacerlo de forma que no rompa los aspectos culturales que se deben tener en cuenta. Y aunar todo, como se dice en el punto anterior: seguridad y modernidad, ateniéndose a las formas culturales que lo distinguen.
Hay tanto que escribir que no doy abasto, pero esta tarde he tenido una bonita sorpresa que ya pondré en imágenes. Han cambiado las barandillas del Urbel. Alguno dirá, a buenas horas mangas verdes... Escribo sobre todo para el que no está presente pues el que está aquí, ya lo ve, y la mayor parte de las veces, lo callan. Y es bueno decir tanto lo bueno como lo malo siempre que sea con ánimo de mejorar las cosas, no con ánimo de molestar gratuitamente y por nada. A mi me gusta criticar y protestar con conocimiento de causa y decir cuantas mas verdades, mejor. Que pueden no gustar, pero lo siento en el alma, y si digo lo que digo es para que se cambie lo que no está bien. En Tardajos podíamos tener un puente gris, igual que el puente de Rabé como expuse con todo detalle, y a día de hoy es una realidad. Todavía queda rematarlo pero lo que está hecho ya se puede ver. Y los de allá, también es bueno que lo sepan. Gráficamente, lo veréis mejor y estas barandillas ya se quedan para el recuerdo, al igual que la rosa de la plaza... Al final, es que estorbaba, pues querían poner solo hierba, que hiciera juego con otras partes... Ya lo observaré mejor para ver qué fundamento tenía quitar ese rosal.
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