Más de 3.000 fieles participaron en la romería a Ujué
El buen tiempo propició una peregrinación masiva para honrar a la virgen
Los fieles acudieron con cruces y túnicas desde Tafalla, Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas, Beire y Carcastillo
Carmelo armendáriz
Ujué. Renovando una tradición milenaria cuyo origen se pierde hace varios cientos de años y que se transmite de generación en generación, como la herencia más preciada, miles de vecinos de Tafalla y de otras cinco localidades de la vega del Cidacos acudieron ayer al santuario de Ujué en romería, entunicados y portando cruces de madera, con la misma actitud que lo hicieron sus antepasados en generaciones anteriores. La Policía Foral calculó que fueron 3.000 personas las que acudieron a Ujué, ya que se concentraron 600 turismos y los autobuses realizaron diez viajes.
Los romeros que se habían trasladado caminando hasta el santuario de la Madre de Ujué procedían de poblaciones como Tafalla, Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas, Beire y Carcastillo. En los próximos domingos de este mes de mayo serán los vecinos de otras muchas localidades los que realicen su particular peregrinación a la villa ujuetarra, demostrando de este modo su fe en la Virgen morenica y sus deseos de mantener y renovar esta tradición.
En la jornada de ayer la climatología deparó un día estupendo, ligeramente nublado y con una pequeña brisa de bochorno, mucho más agradable para caminar que los excesivos calores de los días precedentes. Esto permitió que la afluencia a Ujué fuese muy numerosa y la estancia en la villa fortificada se hiciese agradable, con la favorable acogida que siempre dispensan los ujuetarras, y con numerosas familias y cuadrillas de amigos que tuvieron la oportunidad de llenar al completo los típicos mesones de Ujué durante las horas del aperitivo, así como de disfrutar con las costilladas asadas al aire libre.
En el caso de los romeros de Tafalla, partieron hacia Ujué desde la iglesia parroquial de Santa María cuando eran las 5.30 de la madrugada y después de haber entonado en el interior del templo la aurora especial de ese día Despertad devotos de María. Varios cientos de entunicados atravesaron las calles de la ciudad en dos filas, en silencio y con el único acompañamiento del repique de las campanas.
HERMANDAD DE LOS DOCE Dos horas más tarde, al llegar a San Martín de Unx, se produjo un hecho curioso y novedoso y es que al entrar a saludar a la Virgen del Pópulo, los romeros coincidieron con los miembros de la Hermandad de los Doce Apóstoles que en ese momento regresaban de Ujué realizando su particular peregrinación de cada año desde Tafalla el día 1 de mayo. Antes de entrar de forma procesional a la Iglesia se besaron los dos crucifijos, el de la Hermandad de los Doce y el que abre la romería, y ya en el interior del recinto se entonó un emotivo Regina Coeli, el canto de la romería, que se repitió en diferentes momentos del día.
A las nueve de la mañana se reunían en torno a la cruz del saludo, distante a poco más de un kilómetro del casco urbano de Ujué, los vecinos de las otras cinco localidades que acudieron a la romería para iniciar la entrada a la villa medieval de forma procesional y entonando los diferentes cánticos a la Virgen propios de cada uno de los pueblos.
Iniciaron el cortejo los vecinos de Murillo el Fruto, seguidos de los de Santacara, un pequeño grupo de Carcastillo, los de Pitillas y los de Beire, entre ello numerosos entunicados y la mayoría de ellos portando cruces, herencia de cada familia. Cerrando la procesión llegaron los romeros de Tafalla y tras ellos, las autoridades civiles y eclesiásticas de ambas poblaciones.
Poco antes de llegar a la plaza se renovó otra costumbre secular y las alcaldesas de Tafalla y Ujué, Maite Mañú y María Jesús Zoroza respectivamente, se intercambiaron sus respectivas varas de mando, mientras los párrocos de las dos mismas localidades, Julián Cilveti y José Luis García, realizaban lo mismo con sus capas pluviales.
La procesión terminó de entrar al santuario cuando eran cerca de las 10.30 de la mañana. En el interior del templo se vivieron momentos emocionantes cuando cada pueblo saludó a la Virgen con un canto y los "¡vivas!" espontáneos y sinceros dedicados a la Virgen de Ujué.
MISA CON EL ARZOBISPO Finalizada la procesión y en el exterior del templo, se celebró una eucaristía que estuvo oficiada por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, acompañado por una decena de sacerdotes. En la primera fila del público se colocaron los Cristos floridos de cada una de las localidades reunidas en la romería y las autoridades municipales.
En su homilía Sebastián comenzó destacando que la Virgen "hace que nos sintamos reunidos como hermanos, con gozo y con amistad, como lo hicieron nuestros antepasados y nuestros seres queridos en épocas anteriores". En su alocución destacó que ella "nos ha enviado un mensaje y es el de anunciarnos que Dios está con nosotros, a través de Jesucristo. Escuchar esta palabra y este mensaje es llegar a realizar la verdadera romería y demostrar la verdadera devoción".
Por último, Fernando Sebastián se dirigió de forma especial a los jóvenes exhortándoles a " no perder el patrimonio de la fe ni la presencia y necesidad de Dios en nuestras vidas, y vivir el compromiso de ser hijos suyos y de María todos los días del año, manteniendo también la fidelidad a las misas de los domingos, para vernos y conocernos como miembros de una misma familia que es la Iglesia".
En el momento de las ofrendas, Tafalla presentó el cirio pascual "como símbolo de compromiso y amor"; Murillo el Fruto, el pan y unas flores, "símbolos del trabajo de los hombres, necesario en las familias"; Santacara, unas cadenas, "símbolo de unión y fuerza entre los pueblos"; Pitillas, el vino, "símbolo de amistad y comprensión entre los vecinos"; y Beire, un manojo de espárragos, "símbolo del trabajo del campo y de la colaboración de los inmigrantes".
Ya por la tarde, cuando eran las 16.00 horas y después de haber rezado el Rosario se realizó la siempre emotiva despedida y los romeros de Tafalla llegaban de nuevo hasta Santa María en una procesión, en fila de a uno, cuando eran las nueve de la noche.
Diario de Noticias 2 de mayo de 2005.
El buen tiempo propició una peregrinación masiva para honrar a la virgen
Los fieles acudieron con cruces y túnicas desde Tafalla, Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas, Beire y Carcastillo
Carmelo armendáriz
Ujué. Renovando una tradición milenaria cuyo origen se pierde hace varios cientos de años y que se transmite de generación en generación, como la herencia más preciada, miles de vecinos de Tafalla y de otras cinco localidades de la vega del Cidacos acudieron ayer al santuario de Ujué en romería, entunicados y portando cruces de madera, con la misma actitud que lo hicieron sus antepasados en generaciones anteriores. La Policía Foral calculó que fueron 3.000 personas las que acudieron a Ujué, ya que se concentraron 600 turismos y los autobuses realizaron diez viajes.
Los romeros que se habían trasladado caminando hasta el santuario de la Madre de Ujué procedían de poblaciones como Tafalla, Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas, Beire y Carcastillo. En los próximos domingos de este mes de mayo serán los vecinos de otras muchas localidades los que realicen su particular peregrinación a la villa ujuetarra, demostrando de este modo su fe en la Virgen morenica y sus deseos de mantener y renovar esta tradición.
En la jornada de ayer la climatología deparó un día estupendo, ligeramente nublado y con una pequeña brisa de bochorno, mucho más agradable para caminar que los excesivos calores de los días precedentes. Esto permitió que la afluencia a Ujué fuese muy numerosa y la estancia en la villa fortificada se hiciese agradable, con la favorable acogida que siempre dispensan los ujuetarras, y con numerosas familias y cuadrillas de amigos que tuvieron la oportunidad de llenar al completo los típicos mesones de Ujué durante las horas del aperitivo, así como de disfrutar con las costilladas asadas al aire libre.
En el caso de los romeros de Tafalla, partieron hacia Ujué desde la iglesia parroquial de Santa María cuando eran las 5.30 de la madrugada y después de haber entonado en el interior del templo la aurora especial de ese día Despertad devotos de María. Varios cientos de entunicados atravesaron las calles de la ciudad en dos filas, en silencio y con el único acompañamiento del repique de las campanas.
HERMANDAD DE LOS DOCE Dos horas más tarde, al llegar a San Martín de Unx, se produjo un hecho curioso y novedoso y es que al entrar a saludar a la Virgen del Pópulo, los romeros coincidieron con los miembros de la Hermandad de los Doce Apóstoles que en ese momento regresaban de Ujué realizando su particular peregrinación de cada año desde Tafalla el día 1 de mayo. Antes de entrar de forma procesional a la Iglesia se besaron los dos crucifijos, el de la Hermandad de los Doce y el que abre la romería, y ya en el interior del recinto se entonó un emotivo Regina Coeli, el canto de la romería, que se repitió en diferentes momentos del día.
A las nueve de la mañana se reunían en torno a la cruz del saludo, distante a poco más de un kilómetro del casco urbano de Ujué, los vecinos de las otras cinco localidades que acudieron a la romería para iniciar la entrada a la villa medieval de forma procesional y entonando los diferentes cánticos a la Virgen propios de cada uno de los pueblos.
Iniciaron el cortejo los vecinos de Murillo el Fruto, seguidos de los de Santacara, un pequeño grupo de Carcastillo, los de Pitillas y los de Beire, entre ello numerosos entunicados y la mayoría de ellos portando cruces, herencia de cada familia. Cerrando la procesión llegaron los romeros de Tafalla y tras ellos, las autoridades civiles y eclesiásticas de ambas poblaciones.
Poco antes de llegar a la plaza se renovó otra costumbre secular y las alcaldesas de Tafalla y Ujué, Maite Mañú y María Jesús Zoroza respectivamente, se intercambiaron sus respectivas varas de mando, mientras los párrocos de las dos mismas localidades, Julián Cilveti y José Luis García, realizaban lo mismo con sus capas pluviales.
La procesión terminó de entrar al santuario cuando eran cerca de las 10.30 de la mañana. En el interior del templo se vivieron momentos emocionantes cuando cada pueblo saludó a la Virgen con un canto y los "¡vivas!" espontáneos y sinceros dedicados a la Virgen de Ujué.
MISA CON EL ARZOBISPO Finalizada la procesión y en el exterior del templo, se celebró una eucaristía que estuvo oficiada por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, acompañado por una decena de sacerdotes. En la primera fila del público se colocaron los Cristos floridos de cada una de las localidades reunidas en la romería y las autoridades municipales.
En su homilía Sebastián comenzó destacando que la Virgen "hace que nos sintamos reunidos como hermanos, con gozo y con amistad, como lo hicieron nuestros antepasados y nuestros seres queridos en épocas anteriores". En su alocución destacó que ella "nos ha enviado un mensaje y es el de anunciarnos que Dios está con nosotros, a través de Jesucristo. Escuchar esta palabra y este mensaje es llegar a realizar la verdadera romería y demostrar la verdadera devoción".
Por último, Fernando Sebastián se dirigió de forma especial a los jóvenes exhortándoles a " no perder el patrimonio de la fe ni la presencia y necesidad de Dios en nuestras vidas, y vivir el compromiso de ser hijos suyos y de María todos los días del año, manteniendo también la fidelidad a las misas de los domingos, para vernos y conocernos como miembros de una misma familia que es la Iglesia".
En el momento de las ofrendas, Tafalla presentó el cirio pascual "como símbolo de compromiso y amor"; Murillo el Fruto, el pan y unas flores, "símbolos del trabajo de los hombres, necesario en las familias"; Santacara, unas cadenas, "símbolo de unión y fuerza entre los pueblos"; Pitillas, el vino, "símbolo de amistad y comprensión entre los vecinos"; y Beire, un manojo de espárragos, "símbolo del trabajo del campo y de la colaboración de los inmigrantes".
Ya por la tarde, cuando eran las 16.00 horas y después de haber rezado el Rosario se realizó la siempre emotiva despedida y los romeros de Tafalla llegaban de nuevo hasta Santa María en una procesión, en fila de a uno, cuando eran las nueve de la noche.
Diario de Noticias 2 de mayo de 2005.
