La Acequia de Vera haciendo su entrada en el Mediterráneo, VALENCIA

Foto de Vicente MR

Acequias de L'Horta de València

Las acequias son canales excavados en la tierra y que tienen como función principal conducir el agua desde su punto de captación hasta los espacios en los que va a ser utilizada, como campos de cultivo y molinos, entre otros. Por esta misma razón, las acequias siempre están construidas con un ligero desnivel que permite la circulación del agua por la gravedad, sin ninguna fuente de energía complementaria.

Hay muchas acequias en la Huerta de Valencia, pero todas y cada una de ellas forman parte de un sistema más grande, lo que conocemos como “sistema hidráulico”. Tenemos un total de ocho en la Huerta y todos son bastante conocidos: las acequias del Mestalla, Rascanya, Tormos, Rovella, Favara, Mislata y Quart-Benàger-Faitanar, las cuales conforman el Tribunal de las Aguas, más la Acequia Real de Montcada.

Cada una de ellas consta de un canal principal o “acequia madre”, una nomenclatura muy antigua ya usada en el siglo XIII, en tiempos de Jaume I, y también de una serie de brazos secundarios que llevan el agua a pueblos o partidas concretas, conocidas tradicionalmente por diferentes nombres (brazo, fila, roll, etc.). Asimismo, se van subdividiendo en nuevas acequias secundarias tantas veces como haga falta hasta llegar a los regueros individuales que entran el agua en cada uno de los campos de cultivo. En la Huerta de Valencia, es frecuente que cada uno de estos sistemas se transforma en su totalidad o parcialidad en una forma arborescente cuando se dibuja en un plano.

Tradicionalmente, la construcción de las acequias se realizaba excavando un canal en el mismo terreno sobre el que pasaban, es decir, su cauce era la propia tierra. Solo se usaba el mortero en puntos de paso delicados, como puentes, o en sitios relevantes para partir el agua en dos acequias. No fue hasta el siglo XX que se generalizó el revestimiento de los cauces con paredes de mortero primero y de hormigón después. Cabe recordar que este tipo de obras ha alterado notablemente la fisionomía de las acequias, las cuales perdieron notablemente su amplitud característica y el serpenteo de su recorrido con los terrones de su alrededor repletos de cañas.

Séquia de Rascanya

La séquia de Rascanya es tracta de la segona séquia en ordre ascendent que rega la part nord del riu Túria, si bé era la darrera que prenia aigua del seu recorregut. Tenia l'assut en el llit vell del riu, un poc més amunt del poble de Mislata, en terme municipal de Paterna, on girava cap al nord-est en direcció al barri d'Orriols i des d'ací ja en direcció nord i paral·lela al carrer Sagunt fins al terme de Tavernes Blanques i el barranc del Carraixet. Just abans de creuar-lo es dividia en dos braços, un vers Alboraia i la seua horta, i l'altre creuava el barranc per regar tot el terme municipal d'Almàssera.

Està formada per la séquia mare, de l'assut antic a les llengües d'Alboraia-Almàssera, els braços d'Orriols i Sant Miquel, el braç d'Alboraia, el braç d'Almàssera, i les séquies incorporades del Palmar i Vera.

Descripción de los mapas

1. Mapa de acequias y azudes principales de l'Horta de València, antes del Plan Sur (1973). En esta foto/mapa de 1956, anterior al boom industrial y urbano, se observa la aún enorme extensión de la huerta de València (c. 15.000 ha). En la actualidad, la extensión de los cultivos de huerta es de poco más de 5.000 ha.
2. Acequias históricas del sector central del término de València.
3. Red histórica de acequias de la Ciutat Vella de València (ca. segle XIX), con mapa de altitud y trama urbana.
4. En el distrito de los Poblados Marítimos de València las acequias jugaban un papel primordial en la trama viaria, puesto que su trazado separaba cada barrio o sector histórico: el Grao, el Canyamelar, el Cabañal, el Cabo de Francia y la Malvarrosa.

Levante
EL MERCANTIL VALENCIANO
30·07·07 | 03:30

Las acequias de Alboraia vierten al mar junto a la playa de la Malva-rosa, con bandera azul
Sólo pequeñas barreras neumáticas impiden que los residuos lleguen al litoral

J. V. G.., Valencia Las playas de la Malva-rosa y de la Patacona sólo están divididas por la acequia de Vera, pero el mismo cauce que separa los términos municipales de Valencia y Alboraia actúa también como linde entre una playa, la de la Malva-rosa, que acaba de lograr la primera bandera azul de su historia, y otra, la de la Patacona, en la que los bañistas se ven obligados a convivir con los residuos acumulados en la desembocadura de la acequia de Vera.

Las aguas residuales transportadas por el cauce acaban en la planta de Vera, que posteriormente las envía mar adentro a través de un emisario submarino, pero la estación no es suficiente para evitar la acumulación de aguas residuales en el tramo de la acequia comprendido entre la estación y el mar. De hecho, como se puede observar en las dos fotografías situadas en la parte inferior de esta página, la suciedad se acumula en el agua embalsada, totalmente enverdecida y contaminada por la presencia de botellas y cartones. El agua no llegaba ayer al mar, pero los bañistas que tomaban el sol en la playa de la Malva-rosa debían convivir con sus residuos -y su olor- a pesar de la bandera azul de la que goza la playa norte de Valencia. La acequia no desemboca en el mar en la superficie, pero sí lo hace de forma submarina a 1.500 metros de la costa, donde el emisario también transporta las aguas de la acequia del Mar que, procedente del polígono industrial de Alboraia y de la huerta situada al sur del Carraixet, desemboca entre la Patacona y el camping situado entre el núcleo urbano y el paraje dels Peixets.

La del Mar es la única acequia del término municipal de Alboraia cuya desembocadura no está cubierta de residuos, pues dispone de una presa basculante cuyas compuertas impiden que lleguen al mar. No ocurre lo mismo con la de la Marquesa, que transporta los residuos generados en la huerta situada al norte del Carraixet y en la que la semana pasada se detectó un vertido amarillo que obligó a cerrar la zona sur de la playa de Port Saplaya, junto al centro comercial. La playa se reabrió al día siguiente de que se detectase la mancha, pero los residuos sólidos siguen acumulándose en la desembocadura. Sólo una pequeña barrera neumática naranja impide que botellas, cañas y sandías lleguen al mar. Bastaría una crecida del agua para que acabasen en la la playa. Con o sin aumento del nivel del agua de la acequia, los bañistas deben tomar el sol a escasos metros de los residuos.

Todo ello ocurre en una zona que está experimentando un espectacular crecimiento urbanístico. El ayuntamiento de la localidad pretende construir una marina, hoteles y apartamentos en la zona de Port Saplaya ocupada actualmente por el aparcamiento y la zona comercial, que se trasladará a un nuevo centro ubicado en la huerta de Vera, entre la autovía V-21 y la Patacona, donde ya son visibles las grúas y se está a punto de finalizar la urbanización de la primera línea de la playa. Una playa que, sin embargo, sigue conviviendo con los residuos acumulados en el agua embalsada de la desembocadura de la acequia de Vera.
(23 de Marzo de 2021)