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SORIA: Ya, sin más divagaciones, en la Dehesa son muy variadas...

Si no me equivoco, me parecio leer que este parque tenía 78 especies de árboles diferentes. ¿Estoy equivocada?

Así de memoria, mariángeles, no tengo la certeza, aunque si te puedo ir desgranando algún dato que recuerde. En primer lugar, sabrás que el nombre oficial de nuestro parque es Alameda de Cervantes, aunque en Soria todo el mundo, chicos y grandes, la conocen como "La Dehesa" y fonéticamente, "La Desa". Los propios estamos acostumbrados a ver y pasear el Parque, por lo que no nos llama la atención como a los forasteros, y no puede decirse que pecamos de chauvinismo, pues son ellos los que afirman que pocas ciudades pueden presumir de tener un parque tan magnífico y céntrico. Y llevan razón. Herencia de nuestros antepasados que sucesivas generaciones hemos ido respetando. ¿Te imaginas el terreno del parque lleno de bloques de viviendas? Cosas tan o más raras han pasado y pasan en algunos parajes naturales de esta España nuestra del ladrillo.
Fíjate que ahora Soria cuenta con treinta y tantos mil habitantes, pues hazte la idea que La Dehesa tenía las mismas dimensiones cuando, a mediados de los cincuenta del pasado siglo, Soria contaba con unas 18.000 almas. Por no decirte las 7.000 aproximadas de 1907, cuando llega Antonio Machado a esta Soria Pura, Cabeza de Extremadura (en las grafías originales la verás con "ese" en vez de "equis") con su castillo guerrero arruinado junto al Duero.
En otra ocasión, con tiempo y ganas, te contaremos algunas cosillas. Y gracias por visitarnos.

La Dehesa es el pulmón de Soria, y como veo que has visitado la ciudad, habrás observado que no tiene la perentoria necesitad, de este magnífico pulmón como otras ciudades donde la contaminación es elevada. Demasiado aire puro tenemos en Soria, por falta de industrias. Ojalá llegasen unas cuantas de tecnologías limpias para no tener que salir año tras año, y generación tras generación, los que allí nos hemos criado y crecido. Date una vuelta por Zaragoza, por ejemplo, y te llamará la atención la cantidad de sorianos que hay. Dicen algunos que la capital del Ebro es el barrio más grande de Soria.
Bueno, hablábamos del parque. Y tu comentabas de las especies de árboles. Supongo que lo habrás visto en verano, o al menos con hojas todavía. Magnífico. Para pasear, para descansar, para tomarte una cerveza en cualquiera de los dos quioscos que hay en él. Y la casa del Guarda, en lo alto, que hacen tres. Para que los críos jueguen en la amplia y verde pradera, aunque las tardes de verano hordas de ociosos jóvenes la dejan llena de desperdicios, y por la noche el consabido botellón de los fines de semana, para que a la mañana siguiente vuelva a aparecer inmaculada, por obra (maldita gracia, pensamos) de los servicios de limpieza. No te preocupes que no hay autoridad que ponga freno a estas manadas. No debe ser políticamente correcto ni quizás rentable electoralmente, vete tú a saber. Problema de educación, en la culta Soria. Y siento decirlo, pero es así.
Y no sólo críos y jóvenes, sino muchos, muchos ancianos, en Soria abundan, que bien juegan a la petanca junto a la ermita de La Soledad, o leen tranquilamente el periódico en cualquiera de los numerosísimos bancos.
Ah, y mucha sombra. Pero seguimos sin hablarte de los árboles. Ya ves, hablar de la tierra y enrollarme, es todo uno.

Ya, sin más divagaciones, en la Dehesa son muy variadas y numerosas las especies de árboles. Si la memoria no me falla, creo que llevas razón, en cuanto al número de 78 especies que apuntas para los árboles, aunque puede que en la actualidad haya alguna más pues la última vez que estuve allí habían plantado olivos, después de la catalogación que creo todavía figura en un panel. Y especies de arbustos, tengo anotado que son 49. La Dehesa llama la atención por su frondosidad, pues por mucho que apriete el sol en verano pocos son los rayos que penetran entre los paseos. Son árboles caducifolios, lo que se agradece en los días de invierno, cuando el tibio sol llega hasta el suelo del parque. Cerca de la ermita de la Soledad echamos en falta el olmo emblemático del parque y de Soria, el conocido Árbol de la Música, al que la maldita grafiosis se llevó por delante como a la mayoría de su especie. Creo que fue en 1988 cuando murió, pero es otra historia para contarla más despacio. En la parte alta, junta a la pradera, abundan los pinos, donde en los últimos años se observan numerosas y, por lo común, confiadas ardillas que bajan a comer las chucherías que les llevan algunas personas.
Sólo unos cuantos árboles de los que por aquí tengo anotados y que se dividen en autóctonos:
Tilo, abedul, chopo, fresno, álamo, nogal, tejo, plátano, castaño de indias, haya, pino albar, pino negral, acebo, olomo, falsa acacia, etc.
exóticos: gingo, tuya, durillo, aligustre, cedro del Líbano, magnolio, laurel real, bonetero del Japón...
Por hoy ya está bien.