Compramos energía a futuro



Animosos caminantes de todas la edades enfilan cuesta abajo la ruta hacia la rivera del Gardón.
En tiempos de lluvia se sale de madre, pero llegado el estío el agua escasea y desaparece; mucho más en un año de pertinaz sequía como la actualmente padecemos, en la que el agua desaparece hasta de los pozos próximos.
Paseando me llamó la atención. Era la primera vez que lo veía y, me pareció, a la vez de original, hermoso.
Casi todas las entidades poblacionales, incluso tan pequeñas como este pueblo, han tenido y/o tienen el consiguiente órgano de gobierno representado por alcalde y concejales, disponiendo de el correspondiente inmueble desde donde se dirige el pueblo y se prestan los distintos servicios a la ciudadanía.
ES un cómo paseo desde Villar de Ciervo, unos 5 kilómetros y unos 6 kilómet4ros desde Aldea del Obispo.
Animales adaptados al terreno que nos proporcionan ricos alimentos para comer en cualquier época o circunstancia.
Vista clásica de esta calle, la más concurrida del pueblo.
Toro bravo y codicioso, que en su ida y vuelta por la calle se fijó y atacó esta aguja con insistencia y fuerza.
Numerosos caballistas armados de la típica garrocha concurrieron en los encierros de las fiestas de San Agustín del presente año.
Desde el Fuerte de la Concepción se divisa un amplio panorama y diversos pueblos, en este caso, además de Aldea al fondo aparece el caserío de Villar de Ciervo.
Puente medieval de magnifica factura del que se desconoce cuando y quien ´lo mandó construir.
Todavía quedan puertas para carros en las que se conserva el caballete sobre ménsulas de piedra.
Hermoso y bravo ejemplar que arremetió en repetidas ocasiones contra la valla metálica que cerraba la calle.
Aunque cada año somos menos gente en el pueblo, no por ello, la expectación ante la subasta de las roscas de Nuestra Señora pierde interés.
Aficionados esperando la llegada de los astados conducidos por los caballistas.