El historiador nos dice lo del botín pero nada de la mesa.
En 712, tras la toma de Toledo, Tariq ibn Zayid persiguió a los godos fugitivos hasta Amaya, ciudad situada al norte de la península y que estaba enclavada en lo alto de una gran peña considerada inexpugnable desde la que se divisaba la gran llanura de la meseta y que protegía los accesos hacia las montañas del Cantábrico. Tariq sitió la roca y finalmente tomó la ciudad. Realizó un sangriento saqueo que provocó una gran mortandad de godos ... (ver texto completo)
En 712, tras la toma de Toledo, Tariq ibn Zayid persiguió a los godos fugitivos hasta Amaya, ciudad situada al norte de la península y que estaba enclavada en lo alto de una gran peña considerada inexpugnable desde la que se divisaba la gran llanura de la meseta y que protegía los accesos hacia las montañas del Cantábrico. Tariq sitió la roca y finalmente tomó la ciudad. Realizó un sangriento saqueo que provocó una gran mortandad de godos ... (ver texto completo)