Algunos autores aseguran que esta
ciudad es de las más
antiguas de
España, pero
debió de ser destruida por los musulmanes en 939. Los orígenes de
Aranda de Duero se remontan al
siglo X, con la repoblación cristiana después de la Reconquista. Se atribuye su fundación a Ordoño I, hacia 961. Aranda consigue identidad propia a partir del
siglo XIII, fecha en la que depende de Sancho IV, de la corona de
Castilla. Durante el reinado de
Pedro I el Cruel y Enrique IV sigue obteniendo privilegios gracias a su condición de
villa realenga. En 1473, el arzobispo de
Toledo, enemigo de Enrique IV y partidario de la Infanta
Isabel, convocó en Aranda un concilio
provincial con pretexto de reformar las
costumbres del clero, para realmente era para dar más fuerza al bando de la infanta. Luego acudió a la Villa, donde ya estaba Isabel, el infante aragonés Fernando.
Perteneció esta villa D. Tello, hijo de Alfonso XI y a la reina Dª Juan, esposa de Enrique IV.
En los siglos XV y XVI, la villa adquiere un gran esplendor, hecho que se demuestra con los imponentes
edificios que se construyen en la época, como la
portada de la iglesia de
Santa María o numerosas
casas señoriales. Por aquel entonces Aranda contaba ya con más de 6.000 habitantes
En el siglo XVIII, durante la monarquía de los Borbones, Aranda de Duero se consolida como villa de realengo. En este siglo y en el siguiente, con la incipiente
tradición agrícola y vinícola y con la construcción del
ferrocarril, la zona reactiva su economía y adquiere un importante renombre a nivel nacional.
El arzobispo Alfonso Carrillo convocó un Concilio el año 1473, celebrado en la
iglesia de San Juan con presencia de la todavía princesa Isabel I de Castilla.
Repoblada en el siglo IX, el
nombre de esta ciudad
castellana aparece por primera vez en el Concilio de Husillos celebrado en el año 1088 (?). Sin embargo tuvo ya poblaciones antiquísimas de cuyas lenguas toma su nombre, Aranda que significa precisamente "vega
amplia" y del
río el sobrenombre de Duero. Lugar de realengo, ya en el siglo XIII la villa había obtenido de Sancho IV y Pedro I el privilegio de su condición de realenga, condición a la que nunca quisieron renunciar los arandinos. De ello dieron pruebas cuando, durante la minoría de edad de Fernando IV,
Diego López de Haro quiso hacerse con la villa. La
torre de la iglesia de Santa María, levantada en el siglo XII como elemento defensivo de la
población, es testigo de aquellas intrigas cortesanas.
Aunque, según el profesor Guillermo Tejada, Aranda de Duero sería una ciudad de
origen exclusivamente bajomedieval debido a la repoblación, a partir de finales del s. X seguramente, ya que no hay nada que acredite sobre el lugar su anterior existencia: ni
restos romanos, ni de castros celtibéricos, ni
medievales anteriores al s. XII, ni documentos
históricos creíbles...; pues el célebre "Ar+anda" de las Actas del Concilio de Husillos -
Palencia- de 1088 no es otro que el nombre prerromano o celta de un "río/
valle + ancho/grande", que seguramente nos ha venido del
Norte por el NE.-valle del
Arandilla -antes de Ar+anda- con la repoblación, y que quiere decir "río o valle ancho o amplio"; y que no es otro que el que luego se llamará "Arandilla", bien por diferenciación o por comparación de tamaño, de su poblado o de su río..., y que entonces sirvió para dar nombre a alguno de sus poblados, "Peña de (l) Aranda", "Arandilla" -posiblemente en origen "Aranda"-, y en parte también a "Aranda de (l) Duero)" para diferenciarlo del anterior. También podríamos pensar que el "Castrillo de Aranda", que aparece en un documento un poco anterior, se podría referir a la posterior "Aranda de (l) Duero", o cercano -próximo al Arandilla y al Duero en origen-, aunque todo nos hace pensar en "
Castrillo de la Vega" -ya que "Vega" sería la castellanización de "Aranda"-, y el "Castrillo" que todavía se detecta en el poblado, tendría como función
principal, además de vigilar el valle del Duero, asegurar el tránsito hacia Aza por el
puente medieval cercano -hoy en
ruinas- sobre el Duero. En cuanto a la 2ª parte del nombre, "de (l) Duero", no hemos de olvidar que el nombre completo es un topónimo-hidrónimo que indica la localización de la
localidad: en "el valle más ancho del Duero", además de hacer de diferenciador con el otro "Aranda" cercano, que acabará, en función de su menor tamaño llamándose "Arandilla", y cambiando también el nombre de su río, el "Arandilla". "Duero", a su vez, es un hidrónimo prelatino en origen redundante: de ("A/O...) d/t", "
agua/río", más "uro/a", "agua/río"; es decir,"río-Río"; lo que nos hace pensar, entre otras opciones, en que este río originariamente pudo llamarse "Oria" - (de ahí
Soria)- /Ura/Ora"..., y que un
pueblo posterior rebautizó al "Río", el "Oria", como " (A) Du+Oria/o" = "Río Oria/o" o "río-Río"; en su lenguaje, "Duero".
El
Plano de Aranda, realizado en 1503, es el plano
urbano más
antiguo de España y el documento cartográfico más antiguo del Archivo
General de Simancas.
Actualmente Aranda de Duero es uno de los puntos industriales y de población más importantes de la provincia de
Burgos.