El
pueblo es una maravilla, aunque procuren evitar los meses de julio y agosto,
Navidad,
Semana Santa y cualquier
puente. Es entonces cuando los impresentables de turno (léase los del propio pueblo y los "madrileños del pueblo") se encargan de hacerte saber que tu bienestar depende de lo colocados que vengan. Hay derrapes en plena
plaza a las seis de la mañana, petardos,
música a tope, voces...
En fin, que los que se autoproclaman "del pueblo" son los que se lo están cargando. A evitar rigurosamente
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