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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Murallas del poblado ibérico

Batalla de Nola (216 a. C.)

La batalla de Nola se libró en el año 216 a. C. entre las fuerzas del general cartaginés Aníbal y una fuerza romana dirigida por Marco Claudio Marcelo.[1]​ Aníbal estaba tratando de apoderarse de la ciudad de Nola, pero fracasó. Tras la primera batalla de Nola, volvería a intentar otros dos asaltos a la ciudad en los siguientes dos años, pero también fracasarían.
Batalla de Cumas

Artículo principal: Batalla de Cumas (215 a. C.)

Mientras, en el plano militar, nada más comenzar la campaña de 215 a. C., en Hamae (Campania), un ejército de sus aliados campanos fue sorprendido en su campamento por un ataque nocturno del ejército consular de Tiberio Sempronio Graco, teniendo fuertes bajas. Aníbal, situado en ese momento en su campamento del monte Tifata junto a Capua, salió en persecución de los romanos que se refugiaron en la cercana ciudad costera de Cumas. ... (ver texto completo)
Una vez en Casilino, asaltó de noche el campamento romano y logró que estos huyeran.[108] Al alejarlos de la zona, pudo iniciar el asedio de la ciudad. Tras varios asaltos fallidos cercó la población y comenzó el sitio. La capitulación de la misma coincidió con la marcha del Dictador a Roma para celebrar las elecciones consulares, algo que solía tener lugar a finales del mes de enero, lo que significa que el sitio duró alrededor de dos meses. En este periodo se conoce que el grueso del ejército cartaginés ... (ver texto completo)
«Delicias de Capua»

Artículo principal: Batalla de Casilino (216 a. C.)
Artículo principal: Primera batalla de Petelia

Poco después de la Batalla del Lago Trasimeno en el 217 a. C., Aníbal hizo liberar a tres caballeros de Capua que, poco tiempo después, le propusieron tomar posesión de la ciudad. Aníbal pasó mucho tiempo tratando de ganarse la confianza de los notables de la ciudad,[25] que logró obtener tras el término de la Batalla de Cannas. La ciudad (hoy en día conocida con el nombre ... (ver texto completo)
A partir de 215 a. C., los romanos volvieron a emplear la estrategia de Fabio Cunctator y procuraron evitar enfrentarse a Aníbal en batalla campal.[14] Aumentaron sus efectivos a través de una política de enrolamiento de esclavos y de jóvenes de menos de 17 años. Los romanos comprendieron hasta qué punto era necesario encaminar una ofensiva sobre el terreno político e ideológico. Bajo la dirección de un senador especializado en las letras griegas, Quinto Fabio Píctor, se escribió una historia de ... (ver texto completo)
Hay que precisar que Aníbal tuvo la habilidad de proponer un sistema de alianza menos vinculante que el modelo romano, que permitía a los distintos pueblos mantener un conjunto de derechos. El modelo romano se tornaba excesivamente opresivo en materia económica y reducía la participación de los nativos en la administración pública.

Al contrario que los romanos, Aníbal se inspiró en el modelo griego, es decir, en el pensamiento de una ciudad homogénea que garantizaba la seguridad de sus aliados, ... (ver texto completo)
Aníbal utilizó sus victorias para tratar de atraer a su causa a las ciudades sometidas a Roma.[28] Los prisioneros, por ejemplo, eran divididos en dos grupos. Los ciudadanos romanos —que eran reducidos a la esclavitud o empleados para intercambiar prisioneros—, y los ciudadanos latinos o aliados, a los que se permitía regresar a sus casas.

Muchos pueblos de la Italia central y meridional se apresuraron a unirse con Cartago. En el 216 a. C., Brucia, la actual Calabria, cambió de bando, así como ... (ver texto completo)
Se ha afirmado a menudo que si Aníbal hubiera recibido el equipo necesario procedente de Cartago, habría encabezado un ataque directo contra Roma. Sin embargo, se contentó con hostigar las fortalezas que se le resistían enconadamente y, a pesar de todo, solo consiguió la defección de algunos territorios italianos como Capua, la segunda ciudad de Italia, que los cartagineses convirtieron en su nueva base. De las ciudades italianas que Aníbal esperaba que se le unieran, solo un pequeño número consintió ... (ver texto completo)
La gran victoria cartaginesa hizo que numerosos pueblos en el sur de Italia decidieran unirse a la causa de Aníbal.[99] Tal y como escribe Tito Livio, «el desastre de Cannas fue el más grave del que se tenían precedentes, e hizo que la fidelidad de los aliados, que hasta ahora se había mantenido firme, comenzara a tambalearse, sin ninguna razón seguramente, más allá de que perdían la confianza en el Imperio».[100] Dos años después, las ciudades griegas de Sicilia se rebelaron contra el control político ... (ver texto completo)
Después de Cannas, los romanos ya no se mostraban tan decididos a enfrentarse directamente a Aníbal, y preferían volver a la estrategia de Fabio Máximo: buscar la derrota del adversario mediante una guerra de desgaste basada en su ventaja numérica y su rápido acceso a los suministros. No es cierto que como opinan algunos autores, Aníbal y Roma no volvieran a enfrentarse en batalla campal en territorio italiano hasta el final de la guerra.[98] Hubo generales romanos que sí se atrevieron a luchar, ... (ver texto completo)
La victoria de Aníbal se explica, no solo por las tácticas empleadas durante la batalla, sino también por la habilidad psicológica del cartaginés, que se aprovechó de los errores de sus oponentes.[94] Aníbal provocó a los cónsules, que cayeron en varias ocasiones en sus trampas, como en el caso del Lago Trasimeno, por sus deseos de lograr una victoria antes de finalizar su mandato. Para idear sus estrategias, Aníbal debía gozar de un detallado conocimiento de las instituciones romanas y de la ambición ... (ver texto completo)
Cuando terminó la batalla, Aníbal recuperó los anillos de los cadáveres de los equites romanos que habían perecido en combate. Con ellos pudo proporcionar al gobierno cartaginés la prueba irrefutable de su victoria en Cannas.[20]

Gracias a su brillante táctica, Aníbal, a pesar de su inferioridad numérica, aniquiló las fuerzas romanas casi por completo. La Batalla de Cannas ha sido considerada como la derrota más desastrosa de Roma hasta esa fecha.[20] Las pérdidas romanas se estiman entre 25.000[50] ... (ver texto completo)
La batalla, considerada como la obra táctica maestra de Aníbal, se libró finalmente el 2 de agosto del 216 a. C.,[33] sobre la ribera izquierda del río Ofanto (sur de Italia). Desde que tomaron el mando los dos cónsules, decidieron alternar diariamente el mando del ejército. Varrón, comandante de las fuerzas ese día, estaba decidido a vencer a Aníbal.[97] A la cabeza de 50.000 hombres,[33] el general cartaginés se aprovechó del ímpetu de los romanos, y lo condujo a una trampa en la que aniquiló a ... (ver texto completo)
Cannas y sus consecuencias

Artículo principal: Batalla de Cannas

Aníbal, que no tenía intención de atacar Roma en un primer momento, pretendía saquear los territorios de Apulia.[95] En la primavera del 216 a. C., el general emprendió la iniciativa de atacar el importante depósito de suministros de Cannas. Mediante esta acción, se situaba entre los ejércitos romanos y su principal fuente de víveres.[96] Confiados en la victoria, los nuevos cónsules incrementaron el ejército hasta un total de ... (ver texto completo)
Batalla de Geronio

Artículo principal: Batalla de Geronium

Aníbal tomó la ciudad de Geronium[87] y estableció allí su base de operaciones.[88] Fabio estableció su campamento 30 kilómetros al sur, en la ciudad de Larinum,[89] aunque fue llamado poco después a Roma para atender unos oficios religiosos.[90]

En ausencia de Fabio, Marco Minucio Rufo, el magister equitum, asumió el mando de las tropas y decidió acercar su posición a la de los cartagineses. Estos a su vez establecieron un segundo campamento de avanzada cerca del ocupado por los romanos, mientras mantenían el que originalmente tenían en Geronio. En un osado movimiento Minucio Rufo lanzó a su caballería e infantería ligera contra las tropas púnicas que forrajeaban en la zona, mientras con su infantería pesada se acercó al campamento de avanzada cartaginés. Debido a que tenía a la mayor parte de sus tropas en las labores de recolección, Aníbal a duras penas podía contener a los legionarios que cercaban el campamento y llegaban ya a las empalizadas. Con los forrajeadores que regresaban apresuradamente al campamento cartaginés de Geronio, Asdrúbal, un subordinado de Aníbal, juntó un contingente de refuerzo de 4.000 hombres y consiguió llegar a tiempo de auxiliar a Aníbal en el campamento de avanzada, obligando a los romanos a replegarse. Debido a que había dejado su campamento de Geronio sin guarnición, y que este era además donde guardaba su tren logístico, Aníbal decidió abandonar el campamento de avanzada y volver al de Geronio. El magister equitum había conseguido infligir numerosas bajas a los forrajeadores cartagineses, obligándoles además a abandonar uno de sus campamentos.[91] Este hecho tuvo una gran repercusión en Roma. El Senado, impaciente con Fabio Máximo, cuyo prestigio había sufrido un duro golpe tras el movimiento de Aníbal en el Ager Falernus, promulgó una ley que equiparaba el rango de Minucio Rufo al del Cunctator, coexistiendo así dos dictadores por primera vez en la historia romana.[92] A resultas de esto el ejército romano quedó dividido en dos, ejerciendo el mando de uno de ellos Fabio y del otro Minucio.

Aníbal, sabiendo dichos hechos, tendió una trampa a Minucio frente a la ciudad de Geronium. Según cuenta Plutarco, «el terreno frente a la ciudad era llano, no obstante, tenía algunas acequias y cuevas»,[93] que ocupó la noche anterior con 5.000 soldados y 500 jinetes. La mañana siguiente, envió una partida de forrajeadores a la vista del campamento de Minucio, quien inmediatamente atacó con tropas ligeras. Aníbal reforzó a los escaramuzadores y lanzó entonces a la caballería, que Minucio hubo de contrarrestar con la propia. Cuando la caballería italiana fue derrotada, Minucio formó a todas sus legiones en orden de combate y descendió al valle. El general púnico esperó a que hubiera cruzado el valle y entonces dio la orden a sus tropas emboscadas, que atacaron los flancos y la retaguardia de la formación romana. El ejército de Marco Minucio se batió en retirada, perseguido por los jinetes ligeros de Numidia, y habría sido casi totalmente aniquilado de no ser por la intervención de Fabio Máximo quien con la aparición de su ejército, puso en fuga a los púnicos. Tras la Batalla de Geronium, Minucio renunció a su cargo y puso sus legiones bajo el mando del "escudo de Roma".[93][94] Finalizados los seis meses de Dictadura de Fabio, el ejército romano pasó de nuevo a manos del cónsul Servilio Gémino y del cónsul sufecto Marco Atilio Régulo, nombrado en sustitución del fallecido Flaminio. Estos prosiguieron con la estrategia fabiana los escasos dos meses que quedaban hasta agotar su mandato y ya en calidad de procónsules, durante los primeros meses del siguiente consulado de 216 a. C. mientras los nuevos cónsules elegidos por los ciudadanos romanos,[50] Lucio Emilio Paulo y Cayo Terencio Varrón, reclutaban tropas y despachaban asuntos en Roma. ... (ver texto completo)