ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Serie rosas y flores
Foto enviada por Gabriel

Buenas tardes y feliz tarde de Domingo.
Con esta rosa me marché ayer, y con esta rosa vuelvo, gracias a la amabilidad que tuvo Gabriel, hace ya unos años, en dejarnos el jardín del foro bien surtido de toda clase de plantas.
Un beso para todos los foreros que leen y escriben, o simplemente ojean las fotos.
Enrique Rojas, catedrático en Psiquiatría y Psicología médica, alertó de que "la primera epidemia mundial son las rupturas matrimoniales".

Además del amor, el doctor explicó en la décima edición de las Tardes de Tertulia, que para ser feliz es necesario recibir una educación sustentada en el orden, la constancia y la voluntad; tener amor por el trabajo bien hecho; cultivar la cultura; y fomentar la amistad, basada en la afinidad, donación y confidencia."
El perdón es un rosal que florece en nuestro pecho.
¡Ya la tenemos aquí, ya llegó, y, bienvenida sea! Me estoy refiriendo, como habréis imaginado a la PRIMAVERA, que aunque sus días y sus noches aun no sean muy calurosos, a algunos es cuando nos llega el deseo de abrir de par en par las ventanas y dejar pasar el luminoso rayo de sol de una mañana clareada o el brillo oloroso de la noche bajo un cielo azul.
Quizá si cerramos los ojos y nos dejamos llevar por la imaginación a aquellos años de adolescencia y primera juventud, podamos oir ladrar un perro, ... (ver texto completo)
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Cogió la rama donde estaba el sapo y la agitó hasta que el sapo cayó. Iracundo, quiso atacar a la muchacha, pero no logró saltar hasta el borde de su vestido, y la niña le arreó un puntapié, y el animal rodó por el suelo. Ya no se atrevió a un segundo ataque, y vio cómo la niña cortaba la flor y se la llevaba.
Cuando el niño vio a la hermana entrar en la habitación con una hermosa rosa tan bonita sonrió. Hacía mucho tiempo que no sonreía.
-Dámela- dijo-. ¡Qué perfuma tan suave!
Súbitamente ... (ver texto completo)
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A pesar de que la rosa fue cortada antes que empezara a marchitarse, comprendió que no había sido en vano. La pusieron en un búcaro junto al ataúd. Había ramos de otras flores, pero nadie se fijaba en ellas. Cuando la muchacha puso la rosa en el búcaro, se la acercó a los labios y la besó. Una diminuta lágrima cayó sobre uno de los pétalos... y éste fue el acontecimiento más prodigioso de la vida de la flor. Cuando se marchitó, la metieron entre las hojas de un libro muy viejo, y se secó. Muchos ... (ver texto completo)
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Hacía ya mucho rato que el niño estaba inmóvil en la cama. Su hermana, que estaba sentada en un sillón a su lado, creía que dormía. Tenía un libro abierto en la falda, pero no leía. La cabeza le caía sobre el pecho; rendida de la noche pasada velando al hermanito enfermo, se había dormido.
-Masha- murmuró el niño.
La hermana se estremeció. Acababa de soñar que estaba sentada junto a la ventana y que el hermano jugaba como otras veces en el jardín.
-Dime, querido...
-Masha, me has dicho que ... (ver texto completo)
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Cogió la rama donde estaba el sapo y la agitó hasta que el sapo cayó. Iracundo, quiso atacar a la muchacha, pero no logró saltar hasta el borde de su vestido, y la niña le arreó un puntapié, y el animal rodó por el suelo. Ya no se atrevió a un segundo ataque, y vio cómo la niña cortaba la flor y se la llevaba.
Cuando el niño vio a la hermana entrar en la habitación con una hermosa rosa tan bonita sonrió. Hacía mucho tiempo que no sonreía.
-Dámela- dijo-. ¡Qué perfuma tan suave!
Súbitamente ... (ver texto completo)
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Un ruiseñor le dedicó una hermosa cantata. La rosa era feliz viendo cómo el ruiseñor había cantado su belleza. Pero no veía cómo su enemigo subía sigilosamente. El sapo estaba decidido a alcanzar la presa, y poco le importaban las heridas que se hacía en su vientre y en sus patas... Y de pronto la rosa oyó los terribles murmullos que ella conocía tan bien.
- ¡He dicho que te tragaría, y te tragaré!
Los ojos del sapo la miraban codiciosos desde una rama cercana. Sólo tenía que hacer un movimiento ... (ver texto completo)
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Hacía ya mucho rato que el niño estaba inmóvil en la cama. Su hermana, que estaba sentada en un sillón a su lado, creía que dormía. Tenía un libro abierto en la falda, pero no leía. La cabeza le caía sobre el pecho; rendida de la noche pasada velando al hermanito enfermo, se había dormido.
-Masha- murmuró el niño.
La hermana se estremeció. Acababa de soñar que estaba sentada junto a la ventana y que el hermano jugaba como otras veces en el jardín.
-Dime, querido...
-Masha, me has dicho que ... (ver texto completo)
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Se hizo de noche; había que pensar en la cena y el sapo se lanzó a la caza de inocentes insectos. La ira no le impedía hartarse y las heridas no le dolían. Cuando se sintió llena la barriga trató otra vez de subir hasta la rosa y comerse la odiada flor.
Llegó la mañana, y la rosa casi se había olvidado de su enemigo. Se había abierto del todo y era la flor más hermosa del jardín. Pero no se acercaba nadie para admirar su belleza, pues el niño seguía en cama y su hermana no se había asomado ... (ver texto completo)
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Un ruiseñor le dedicó una hermosa cantata. La rosa era feliz viendo cómo el ruiseñor había cantado su belleza. Pero no veía cómo su enemigo subía sigilosamente. El sapo estaba decidido a alcanzar la presa, y poco le importaban las heridas que se hacía en su vientre y en sus patas... Y de pronto la rosa oyó los terribles murmullos que ella conocía tan bien.
- ¡He dicho que te tragaría, y te tragaré!
Los ojos del sapo la miraban codiciosos desde una rama cercana. Sólo tenía que hacer un movimiento ... (ver texto completo)
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La pobre rosa vio con un estremecimiento de horror cómo el sapo apoyaba sus pegajosas patas contra el tronco del rosal. Pero al sapo le resultaba muy difícil encaramarse, pues su pegajoso cuerpo sólo podía avanzar por terrenos lisos, arrastrarse y dar unos pequeños saltos. A cada esfuerzo que hacía levantaba la mirada hacia donde se balanceaba la flor, y la rosa murmuraba aterrada:
- ¡Dios mío! -suplicó-. ¡Concédeme otra clase de muerte!
Y el sapo subía cada vez más. Pero allí donde terminaban ... (ver texto completo)
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Se hizo de noche; había que pensar en la cena y el sapo se lanzó a la caza de inocentes insectos. La ira no le impedía hartarse y las heridas no le dolían. Cuando se sintió llena la barriga trató otra vez de subir hasta la rosa y comerse la odiada flor.
Llegó la mañana, y la rosa casi se había olvidado de su enemigo. Se había abierto del todo y era la flor más hermosa del jardín. Pero no se acercaba nadie para admirar su belleza, pues el niño seguía en cama y su hermana no se había asomado ... (ver texto completo)
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La pobre rosa vio con un estremecimiento de horror cómo el sapo apoyaba sus pegajosas patas contra el tronco del rosal. Pero al sapo le resultaba muy difícil encaramarse, pues su pegajoso cuerpo sólo podía avanzar por terrenos lisos, arrastrarse y dar unos pequeños saltos. A cada esfuerzo que hacía levantaba la mirada hacia donde se balanceaba la flor, y la rosa murmuraba aterrada:
- ¡Dios mío! -suplicó-. ¡Concédeme otra clase de muerte!
Y el sapo subía cada vez más. Pero allí donde terminaban ... (ver texto completo)
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La rosa no sabía nada de todo esto; crecía y cada día estaba más hermosa; hoy se abría y al otro día se marchitaba. ¡Ésta es la vida de una rosa! Pero en tan breve espacio de tiempo tenía que pasar muchas penas y muchas alegrías, y sufrir muchos sus tos y angustias.
El sapo había descubierto la rosa.
Cuando por primera vez fijó su torpe y repulsiva mirada en la flor, le despertó un curioso sentimiento. No podía apartar los ojos de aquella flor tan delicada. Le gustaba y sentía la necesidad ... (ver texto completo)
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La rosa tembló. ¿Por qué estaría sujeta a su talle? Los pájaros gozaban de libertad y podían volar hacia donde quisieran; volaban y saltaban de rama en rama, y cuando llegaba el otoño emprendían un largo vuelo...; pero la rosa no sabía adónde iban. También las mariposas eran libres. ¡Cuánto las envidiaba! Si también ella tuviera libertad, emprendería el vuelo y huiría de aquellos ojos que la asustaban tanto. La rosa no sabía que los sapos también se tragan a bonitas mariposas de muchos colores.
- ... (ver texto completo)
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La hermana se inclinó sobre él, le besó la pálida mejilla mientras le caían unas pequeñas lágrimas.
-Está muy hermoso, querido, muy hermoso. Las rosas se han abierto ya. El lunes daremos un paseo por el jardín. El médico permitirá que te levantes.
El muchacho no respondió. Suspiró ligeramente. La hermana continuó leyendo.
-Estoy muy cansado; prefiero dormir.
La hermana le arregló la almohada y los cobertores, y el niño, haciendo un esfuerzo, se volvió hacia la pared. El sol brillaba sobre ... (ver texto completo)
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La rosa no sabía nada de todo esto; crecía y cada día estaba más hermosa; hoy se abría y al otro día se marchitaba. ¡Ésta es la vida de una rosa! Pero en tan breve espacio de tiempo tenía que pasar muchas penas y muchas alegrías, y sufrir muchos sus tos y angustias.
El sapo había descubierto la rosa.
Cuando por primera vez fijó su torpe y repulsiva mirada en la flor, le despertó un curioso sentimiento. No podía apartar los ojos de aquella flor tan delicada. Le gustaba y sentía la necesidad ... (ver texto completo)
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Aquella primavera el niño no podía salir a contemplar las flores y los animalitos. Su hermana estaba sentada a su lado y el niño estaba tumbado en la cama; la muchacha leía un libro, pero no para ella, sino para su hermano, a quien le costaba mucho levantar la cabeza de la almohada. Era evidente que le estaba prohibido salir al jardín y que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera hacerlo.
-Masha -le susurró a su hermana-, ¡Qué bonito debe de estar el jardín! ¿Hay rosas?...
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La hermana se inclinó sobre él, le besó la pálida mejilla mientras le caían unas pequeñas lágrimas.
-Está muy hermoso, querido, muy hermoso. Las rosas se han abierto ya. El lunes daremos un paseo por el jardín. El médico permitirá que te levantes.
El muchacho no respondió. Suspiró ligeramente. La hermana continuó leyendo.
-Estoy muy cansado; prefiero dormir.
La hermana le arregló la almohada y los cobertores, y el niño, haciendo un esfuerzo, se volvió hacia la pared. El sol brillaba sobre ... (ver texto completo)
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Tuvo una alegría tan grande que estuvo por palmotear, pero el miedo a despertar al animalito le detuvo hasta la respiración.
-Vasia, anda, entra ya en casa- le gritó su hermana.
Aquella voz asustó al erizo, que se cubrió la cabeza con su propia piel y en un santiamén se quedó hecho una bola. El niño rozó delicadamente las aguas del erizo y el animalito se encogió más aún.
Al día siguiente fue a ver al erizo. Como era un muchacho muy sosegado y muy bueno pronto sintió compasión por aquellos ... (ver texto completo)
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Aquella primavera el niño no podía salir a contemplar las flores y los animalitos. Su hermana estaba sentada a su lado y el niño estaba tumbado en la cama; la muchacha leía un libro, pero no para ella, sino para su hermano, a quien le costaba mucho levantar la cabeza de la almohada. Era evidente que le estaba prohibido salir al jardín y que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera hacerlo.
-Masha -le susurró a su hermana-, ¡Qué bonito debe de estar el jardín! ¿Hay rosas?...
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Cuando estaba cansado de leer las aventuras de Robinson y relatos de lejanos países y de piratas, dejaba en el banco el libro abierto y se iba al rincón del jardín donde crecía el rosal. Conocía todas las plantas. Se detenía frente al rígido talle de la candelaria, que era tres veces más alto que él, y veía cómo las hormigas trepaban por el tronco. Veía cómo un escarabajo pelotero empujaba ante sí una bola de estiércol; cómo una araña tejía su red y acechaba a las moscas; cómo una lagartija ... (ver texto completo)
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Tuvo una alegría tan grande que estuvo por palmotear, pero el miedo a despertar al animalito le detuvo hasta la respiración.
-Vasia, anda, entra ya en casa- le gritó su hermana.
Aquella voz asustó al erizo, que se cubrió la cabeza con su propia piel y en un santiamén se quedó hecho una bola. El niño rozó delicadamente las aguas del erizo y el animalito se encogió más aún.
Al día siguiente fue a ver al erizo. Como era un muchacho muy sosegado y muy bueno pronto sintió compasión por aquellos ... (ver texto completo)