En ésta plaza, hace sesenta años que unos chicos probaron una rueda de fuegos artificiales, que estaba preparada para la noche, sobre las doce del mediodía para ver si iba bien. Yo no estaba muy lejos de allí aunque yo no fuí. Sólo faltaba que fuera forastero e hiciese aquello a mis doce años. No pasó nada ya que por la noche los repitieron de nuevo. Por cierto fue la primera vez que vi aquello y me gustó. Por aquel entonces vivía mi abuela en Torrijo y precisamente en este lugar en el que había ... (ver texto completo)