Mejores mensajes de CABAÑAS DEL CASTILLO:
PARTE 2ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-

Era habitual ir a buscar las vigas de roble a los bosques que están un poco más arriba de Solana hacia el puerto de Berzocana, donde crecen abundantes árboles de esta especie. Una vez elegidos los árboles adecuados se procedía a su tala y limpiado del follaje. Cuando quedaba limpio el tronco, que constituiría la viga en sí, se efectuaba un agujero transversal mediante una barrena de grandes dimensiones en su extremo más grueso. Por este ... (ver texto completo)
(PARTE 3ª DEL COMENTARIO: LA LUZ EN CABAÑAS….) no en todo momento, pues si las llamas del fuego daban suficiente visibilidad para poder moverse o llevar la cuchara hasta la sartén y de ésta a la boca, aunque fuera en penumbras, se apaga aquél para ahorrar aceite toda vez que era escaso y caro. En esta misma década se comenzó a utilizar en alternancia con el candil de aceite el candil de carburo, tal vez por la proximidad de las minas de San Fernando, donde los mineros los utilizaban para trabajar ... (ver texto completo)
(PARTE 2ª DEL COMENTARIO: LA LUZ EN CABAÑAS….) para los menesteres recaudatorios siempre iban de día y, a ser posible, con sol, y por ello continuó por muchos años la curiosa contradicción de un pueblo que por la belleza del entorno y su altitud podría decirse que estaba en el cielo, mientras que por las noches quedaba inmerso en las tinieblas del infierno. Así las cosas es fácil inferir que debió existir, además del olvido, una posible dejación de funciones, y desde luego una flagrante injusticia ... (ver texto completo)
Me gusta la plaza
Desde lo alto de las Villuercas -1.600 metros marca ahora mismo mi móvil-, con un frío del que es mejor no acordarse, a las 08'57 horas el sol comienza a inundar este maravilloso entorno y se me ocurre felicitar el nuevo año -2015- a todos los pueblos de estas comarcas y sus habitantes, deseándoles, cómo no, los tópicos de siempre: paz, salud y etc., y sobre todo que aquellos que tienen trabajo lo mantengan y los que no están en esta situación lo encuentren a la mayor brevedad.
Ah ¡, de paso me ... (ver texto completo)
PARTE 6ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
chimenea se observan dos o tres tazas de pequeño tamaño y unos botes de corcho conteniendo laurel, sal, pimentón, etc. En uno de los ángulos de dicha cornisa está colgado el candil de aceite, ahora apagado, naturalmente. A un lado de la chimenea, en un hueco practicado en la pared están colocados tres o cuatro platos de latón esmaltados en blanco con el borde azul, un par de pucheros y una olla, así como unos vasos de hojalata y en uno de ... (ver texto completo)
PARTE 5ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
agosto tanto con las gallinas adultas como con los polluelos. Ello las costó algún que otro escopetazo.

Por último estaba la zahúrda, sajurda, zahurdón, sajurdón, batuca, batucón o guarrera, que de todas estas formas y algunas más se nombraba, donde vivía el cerdo que serviría para la matanza anual. Podía coincidir que estuviera en la misma cuadra del burro, pero no era lo habitual. Lo normal es que la zahúrda estuviera en las afueras ... (ver texto completo)
PARTE 4ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
cerdo sacrificado en “la matanza”. Desde la vigas del techo a “la enramá”, solía haber escasos centímetros, y su colocación en la cocina era obligada, toda vez que en los primeros días, tras ser hechos los embutidos, si se producía mucha humedad debido a lluvia intensa y sobre todo con la niebla, era fácil que no secaran y terminaran estropeados; para evitarlo se atizaba constantemente el fuego consiguiendo el pronto secado. (Como “la matanza”, ... (ver texto completo)
PARTE 3ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
granítica (en ocasiones se utilizaban trozos de piedras de molino ya desechadas), pues las lanchas, sobre todo las pizarrosas no eran útiles y sí peligrosas por descomponerse con la elevada temperatura del fuego, proceso durante el cual estallaban, saltando pequeñas y afiladas esquirlas a gran velocidad. Los ladrillos, aunque se fabricaban en los mismos lugares de las tejas, no eran adecuados para este menester, ya que al no ser refractarios ... (ver texto completo)
PARTE 1ª DEL COMENTARIO “CABAÑAS: VIVIENDAS Y ENSERES”.-
Antes de nada nos situaremos en el tiempo: Las viviendas de Cabañas del Castillo sobre las que hablaremos tuvieron lugar en un periodo cuyo arranque es difícil determinar, siendo en cualquier caso posterior al siglo XII o XIII, en el cual las cabañas, chabolas y chozas comenzaron a transformarse en casas mediante una determinada forma de construcción que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Actualmente, mediante la reforma de unas o ... (ver texto completo)
(MÉDICOS, MEDICINAS Y REMEDIOS, 5ª Y ÚLTIMA PARTE).-
Si la herida era pequeña, como erosiones o pequeñas incisiones, el remedio más a mano era orinar sobre la misma y se la dejaba al aire. Si la cosa era más seria se solía colocar un vendaje oclusivo con una simple tira de trapo que se quitaba y volvía a colocar tantas veces como se orinase, hasta conseguir la cicatrización. Si sangraba demasiado y no había trapo a mano, se buscaba una telaraña y se aplicaba hasta conseguir la coagulación de la sangre y que dejara de sangrar.
Eran frecuentes los pinchazos, sobre todo entre los jarales, pues las jaras secas tronzan dejando afiladas ajugas que se clavan al menor contacto y además se infectan con mucha facilidad por lo que estos “garranchazos”, requerían un tratamiento especial. Para ello, cuando se mataba el cerdo para hacer la matanza se le extraía la verga completa, la cual se solía colgar del postigo de la puerta de entrada a la casa o cualquier estaca clavada en la pared exterior, próxima a dicha puerta, y se dejaba secar. Cuando se producían los citados “garranchazos” con las jaras, se procedía a extraer de la verga, ya seca, la grasa y materia interior, la cual se aplicaba sobre la herida producida por el pinchazo y a continuación se vendaba, repitiendo la operación varias veces hasta la total curación. También se utilizaba la hiel del cerdo de la misma manera y para el mismo fin.
Si como consecuencia de la importancia de la herida o de las prácticas curanderas fallidas se producía una infección demasiado severa, tras de haber hecho todo cuanto era posible, se acudía al médico, quien primero con sulfamidas y después con antibióticos trataba de reparar el daño. (Los primeros antibióticos que llegaron por estas tierras, allá a mediados de los años 50, eran unas cajas con tres tarros de polvo y tres ampollas con agua estéril para inyectar, cuyo nombre comercial era Acucilina 3x300).
Los huesos rotos no se tocaban en absoluto. Se limitaban a coger al fracturado y montarlo en una caballería para llevarlo hasta Deleitosa, pueblo situado más allá de Retamosa y a 15 kms de Cabañas, donde el tío Antolín se encargaba en un momento de colocar debidamente los huesos, inmovilizándolos a continuación con cartones colocados a su alrededor y fijados con un hiladillo, que venía a sustituir a la actual escayola. El tío Antolín fue un hombre tan famoso como hábil en este campo, pues fueron muchos los huesos que reparó en todos aquellos pueblos y otros más lejanos, y como siempre que alguien hace algo siendo su ciencia o saber desconocidos por lo demás aparece la dimensión teológica, la gente decía que “tenía gracia” para ello, queriendo significar que había recibido algún don divino, lo que él negaba rotundamente, explicando que sus conocimientos sobre huesos los había aprendido viendo los de aquellos animales que sacrificaba y descuartizaba para su venta, pues era carnicero.
Cataplasmas de mostaza, ventosas, sanguijuelas, agua de Carabaña, aceite de ricino- utilísimo éste para purgarse la población en general al llegar todas las primaveras-, perejil -utilizado a manera de “la píldora del día después”-, tisanas de todo cuanto podía ser hervido, Zotal cuando apareció en el mercado –es un desinfectante fortísimo usado en ganaderías y establos, si bien aquí se usaba directamente sobre las heridas e infecciones de las personas, tales como oídos que supuraban, etc., … Se podría seguir conformando indefinidamente un listado de remedios o medicinas caseras, pues los había para todo y para todos. Unos sólo utilizaban plantas con principios activos que la Química sintetizaría más tarde para fabricar algunas medicinas actuales, otros eran inocuos, otros conseguían su objetivo por el simple efecto placebo, algunos eran simples barbaridades derivadas del desconocimiento, y, no pocos, entre todos ellos, merecerían un profundo estudio psicológico.
Si hechos todos los remedios naturales disponibles, no se conseguía la curación, aún quedaba otra solución, otro remedio, al que la inmensa mayoría de las veces que se llegaban a estos extremos acudían las mujeres desde su posición de madres, esposas, hermanas… y eran las rogativas y promesas al Santo o Virgen de su devoción. En Cabañas concretamente acudían siempre en primera instancia a la Patrona, La Virgen de la Peña y si por cualquier causa no resolvía favorablemente, en apelación recurrían a la cercana de Guadalupe, que era gran hacedora de toda clase de milagros, todo ello a cambio de promesas y hábitos que vestían durante meses o años, mientras el marido bufaba y juraba en arameo, pues una de las servidumbres del hábito era la abstinencia carnal mientras se llevara el mismo; mas, si alguien dijo en cierta ocasión que “París bien vale una misa”, por qué una curación milagrosísima no iba a valer un hábito… y lo demás, por duro que fuera el demás. Claro que lo auténticamente duro y puñetero era cuando a mitad del tiempo con el hábito puesto el enfermo dejaba de percibir la vibraciones milagrosas y “estiraba la pata” o “amanecía con la risa del conejo”, como solían decir, y encima había que terminar el tiempo de hábito y abstinencia para no enojar al Santo en cuestión, cosa que no se le solía ocurrir pues en general la palabra dada era ley, pero si se producía algún desliz, cosa normal pues aunque gente dura y firme no eran de piedra, y el Santo se enojaba, de inmediato la mujer afectada sacaba su condición de hembra carpetovetónica y con un simple pareado ponía las cosas –y al Santo también- en su sitio al instante: “Santo que rezándole está enojao, con no rezarle se está acabao”. Replicando el marido con la alegría que cabía, dadas las circunstancias, reflejada en el rostro: “Pos eso, a ver si encima de cornús, apaleaos”. Se cambiaba el hábito por el luto riguroso, que no tenía servidumbres tan rígidas, y se metía al primero en un baúl donde acababa comido por la polilla y olvidado, pues para lo que había valido no merecía mejor trato.
Por hoy es suficiente. Sólo resaltar cuánta sabiduría popular implican estas pequeñas cosas transmitidas de generación en generación a través de siglos, pero estas pequeñas cosas de estos pequeños pueblos, sean tal vez las que los hacen diferentes, entrañables y acogedores, casi tanto como sus propios habitantes. ... (ver texto completo)
(SEGUNDA PARTE COMENTARIO LA CAZA…..) Estos affaires cinegéticos también originaban situaciones curiosas, pues si ya de por sí el mismo hecho del ejercicio de la caza es suficiente para originar chistes y anécdotas entre unos y otros participantes, éstas pueden verse reforzadas si tenemos en cuenta que en los años a que nos estamos refiriendo, y que fueron los años dorados de este hermoso arte, -principalmente está en la década de los cuarenta y cincuenta-, época que por otro lado coincidía con la ... (ver texto completo)
(PRIMERA PARTE COMENTARIO LA CAZA….) Como se dijo en su momento los pilares fundamentales de la economía de los habitantes de Cabañas eran la ganadería y la agricultura y, por tanto, la base de su alimentación. Si bien, los productos procedentes de estas dos actividades ni eran los suficientemente abundantes, pues aunque los hubiera la mayor parte de ellos había que venderlos, ni tampoco constituían una alimentación debidamente equilibrada, por lo que ésta, aún sin conocimientos dietéticos, sino ... (ver texto completo)
(SEGUNDA PARTE DEL COMENTARIO “La escuela en Cabañas”).- cayendo las piedras por la ladera abajo casi hasta las mismas obras. Los vecinos del pueblo contribuyeron al acarreo de los materiales con sus burros y en poco tiempo quedó levantada la nueva escuela anexada a la, también nueva vivienda, de la maestra, la cual fue inaugurada por la citada Asunción. Esta escuela, también tenía la calefacción por brasero, sólo que aquí la mesa tenía faldas y no se divisaban las piernas de la maestra, por lo que ... (ver texto completo)
(PRIMERA PARTE DEL COMENTARIO “La escuela en Cabañas”.- Una vez más aclaramos que al decir en estas líneas Cabañas del Castillo nos estamos refiriendo al poblado cabecera del municipio, no a las cuatro poblaciones que le componen.
En Cabañas durante muchos años estuvo la escuela en una casa propiedad del Ayuntamiento (actualmente lo sigue siendo), sita en la plaza de España, ahora de Juan de Ureta, (ya se dirán los motivos por los cuales una plaza de una población en estas latitudes, lleva un nombre ... (ver texto completo)