Nuestra
bandera en lo alto de un
palacio concebido para algo tan distinto como ser
Ayuntamiento. Por obra y milagros de Aznar, la sede de
Correos y Telégrafos le es usurpada al servicio
postal para hacerle la gracia al nefasto Gallardón. Cuando, después de más de treinta años, volví a pisar el vestíbulo,
escaleras, etc., de este lugar, los recuerdos de una
juventud dejada entre sus muros volvieron a mi; a la vez que me indignaba de por la malísima operación que supuso para todos expulsar a Correos,
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