Hoy
ha amanecido bello
el sol ha regado
de luz mis recuerdos
y han regresado
tus palabras a mis sentidos
resonando suaves sus ecos.
Llenaré tus días de vida
me susurraste aquella lejana mañana
en que cumplía cinco años
y sentado
sobre la mesa de la cocina
te observaba preparando mermeladas.
Llenaré tus días de vida…
y los llenaste
y los llenas
incluso ahora que ya has partido;
te nos arrebató un traicionero cáncer
aquel veinticuatro de agosto
cuando aún joven
disfrutabas de nosotros
y nosotros de tus abrazos,
de tus besos, de tus palabras, de tu compañía…
Quisiera poder decirle a mis hijas
llenaré tus días de vida
y poder cumplirlo
como tú lo hiciste con nosotros
como tú lo hiciste conmigo
incluso cuando ya me haya ido
cuando ya me haya marchado
y sonreírles en sus tristezas
y alegrarme con sus felicidades.
Es la muerte
un tránsito en la vida
que nos llena de dolor
por la ausencia… ¿infinita?
No, solo es ausencia física
solo la ausencia de unos brazos
que ya no abrazan
solo la ausencia de unos labios
que ya no sonríen
solo la ausencia de la voz
ausente
pero nunca
la ausencia de tu esencia
siento
cómo me acompaña tu alma
en mis recuerdos
cómo me acaricia el viento
en la mañana
como lo hacía tu mirada
con esos ojos
llenos siempre de esperanzas.
Llenaré tus días de vida
y llenarás mis días de sueños
llenarás mis días de vida
y llenaré tus días con mis recuerdos.
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