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UJUE: Muchos son los que adoran al pueblo que les vio nacer,...

Muchos son los que adoran al pueblo que les vio nacer, el ser uxuetarro imprime carisma, pese a que muchas veces las circunstancias de la vida hacen que muchos hijos de este pueblo se hayan diseminado por el mundo.
Ujuetarras por todos los lados
Nos informa Gaudencio Remón que muchísima gente de Ujué, huyendo de las hambrunas milenarias, las guerras carlistas, las africanas, las civiles, emigró a Hispanoamérica. Todas las familias de Ujué tienen algún miembro emigrado. Las grandes migraciones fueron a mediados y finales del siglo XIX y principios del XX. Se emigró a Cuba, Bolivia, Chile, Uruguay, Venezuela y sobre todo a la República Argentina. Mirando la guía telefónica de Buenos Aires, Tandil, Córdoba o Mar del Plata se ve que está llena de apellidos ujuetarras: Sola, Aldunate, Jurío, Berrade, San Martín, Garayoa, Sara, Bustince, Zulet, Urzainqui, Muruzábal, Villar, Sirón, San Gil, Sendoa, Valencia, Zubiri, Salaverri, Ayesa, Ibáñez, Ongay.
Hacia los años 20 del siglo pasado, Eloísa, hermana del herrero Benedicto San Martín y casada con Paulino Otano de Beire, emigró a Argentina. Gaudencio, en una visita a la República Argentina conoció a sus hijos Olimpio y Veri en Tandil y Mar del Plata y, curiosamente, seguían conservando muchas tradiciones de Ujué, como las migas, cajas de almendras de las Hijas de Melitón Ayesa, libros sobre la Virgen, fotografías de medio pueblo, conocían historias historietas como cualquier vecino de la calle Pilarraña. Nunca más regresaron, ni los emigrantes ni sus hijos, pero allí quedan el alma y el recuerdo de Ujué vivísimos.
Otra sorpresa: en el atrio de una iglesia de Mar del Plata, tienen una imagen de la Virgen de Ujué. El Centro Navarro de Mar del Plata (Argentina) se fundó el 8 de noviembre de 1942, y entre los socios fundadores aparecen varios emigrantes que por sus apellidos, bien podrían ser originarios de Ujué: Jose Goñi, Nicanor Ochoa, Justo Urtasun, Salvador Mateo, Fermín Valencia, Juan Zaratiegui.
Los últimos emigrantes a las Américas fueron en los años sesenta, concretamente a Estados Unidos, marcharon de pastores –y regresaron felizmente- Ramón Bustince y Pedro Zubiri.
Las mujeres de Ujué, como otras tantas de Navarra, también emigraron en los años 60 a Europa para trabajar en el servicio doméstico, en concreto a Francia y Suiza. Lo hicieron las hijas de Teresa Izco, Antonia y Lidia Burgui. Las hijas de Teodora Jurío, Anuncia y Blanca Izco. Las hijas de Dionisio Clavería. Alguna otra de apellido Gárate. Casi todas regresaron, algunas casadas con emigrantes italianos, pero alguna otra, como Lidia Burgui, permaneció en Suiza.
Muchos ujuetarros se asentaron en localidades mugantes o cercanas a Ujué (Pitillas, Beire, Olite...), ya que sus tierras y corrales estaban más cercanos a estos que a Ujué. A Murillo el Fruto bajaron muchos ujuetarros o se casaron con gente de Murillo y sus apellidos perduran en este pueblo: Jurío, Clavería, Ugalde, Hualde (derivado de Ugalde), Aranguren, Sola, Valencia, Olleta, Salaverri...
La emigración interior salió sobre todo a finales de los 50 y a lo largo de los 60 del siglo XX se dirigió sobre todo a Pamplona, a las fábricas metalúrgicas del grupo Huarte: Imenasa, Perfil, Comelsa, etc. A principios de los 60 un nutrido grupo de Ujué, entre 15 y 20, entró a trabajar en el pozo Beriain de Potasas de Navarra. Un autobús, diariamente, los llevaba ytraía. Aun siendo un trabajo tan peligroso, ningún minero de Ujué sufrió accidente grave o mortal. Todos ellos se jubilaron tempranamente y con buena salud gracias al coeficiente reductor de la edad de jubilación que garantiza el Estatuto del Minero, Real Decreto 3255/83, en cuyo origen y redacción tuvo una importante participación el entonces dirigente sindical Gaudencio Remón. A finales de los 60 otro numeroso grupo de vecinos bajó a trabajar a Tafalla a la factoría de Victorio Luzuriaga, al vivero de Diputación, pero la mayoría de ellos siguió residiendo en Ujué.