UJUE: Versos publicados en el libro de Eustaquio Jaso, que...

Versos publicados en el libro de Eustaquio Jaso, que nos cuenta los actos del Milenario de la aparición de la Virgen de Ujué.

I. RECUERDOS DEL SIGLO VIII

Terribles eran los tiempos
Que atravesaba Vasconia.
Jerez, Granada, Toledo
Compluto, Montesa, Astorga,
Amaya de los astures
Y la inmortal Zaragoza
En poder de los infieles
cayeron una tras otra.

Ya las huestes de Taric
Por nuestra Ribera asoman
Y a sus furores sucumbe
La indomable Calahorra.
Abderramán de las Galias
quiere pasar a Pamplona,
y cruzando el Pirineo
coger la Navarra toda.

Mas no, ¡vive Dios! Detente
no cantes aun victoria.
que si el valiente Pelayo
vio a María en Covadonga,
Aralar y Roncesvalles
refulgen con igual gloria;
y ni Miguel ni María
a los vascos abandonan.
Gimeno y García juntos
dan la batalla y derrotan
al ejercito agareno;
Y la cruz de la victoria
sobre el cerro de Cantabria
canta del Vasco las glorias

II. EL VOTO

En tanto Tafalla, Olite
San Martín y Santa Cara,
los de Murillo y Pitillas,
los de Aibar, Lerga y Eslava,
los de Lumbier y Sangüesa,
los de Gallipienzo y Cáseda
los hijos de Rocafort
toda la flor de Navarra,
sus arcos y lanzas cogen
afilan bien sus espadas
y al frente de sus caudillos
van a ocupar las montañas.

Mas antes hacen un voto.
Y en procesión ordenada
van a postrarse de hinojos
ante la virgen que dicen
Santa María la Blanca.

Llegan allá los guerreros
Y.. ¡Oh sorpresa! ¡Oh suerte infanda!
Sus vecinos han huido
La iglesia esta desolada;
El altar hecho cenizas
Y la tierra ensangrentada.

- ¡Navarros! Grita Gimeno,
con voz que ahoga su garganta
¡A rescatar a la Virgen
o a morir todos!. ¡Al arma!
Y todos ardiendo en ira
fuego de sus ojos lanzan
que es su mas rico tesoro
Santa Maria la Blanca.
Sin detenerse un momento
todos se ponen en marcha
y a Calahorra se dirigen
Respirando odio y venganza.

III. LA VICTORIA

Duerme Abdelmalic soberbio.
Su gente está descuidada.
La noche negra y sombría,
las puertas todas cerradas.
Llegan a ellas los navarros
escalan ya sus murallas
¡María por los Navarros!
su grito de guerra lanzan;
y fuego y terror sembrando
van por las calles y plazas;
corre la sangre a torrentes
de las turbas africanas;
huye Abdelmalic cobarde
con gente de su confianza;
Suena el grito de- ¡victoria!
y cesa la matanza.
¡Victoria por los navarros!
¡Viva María la Blanca!

VI. EL ENCUENTRO

Postrados están de hinojos
dando a María las gracias
y lagrimas de alegría
todos los ojos derraman.
¿Dónde estás virgen María?
¿Dónde estás Madre adorada?
que por hallarte daremos
toda la sangre del alma.

¡Oh prodigio singular!
¡Oh dicha nunca soñada!
Una hermosa palomita
Como la nieve de blanca
Desciende del cielo y dice:
- ¡Seguidme hijos de Navarra!
Y vuelve su raudo vuelo
a sus queridas montañas.

En pos de ella van los Vascos
Y al llegar a las faldas del monte
un pastor les grita:
- ¡Navarros viva la Blanca!
Subid, subid, que en el hueco
De aquella roca más alta
Nuestra muy querida madre
María escondida se halla.
- ¿Y es la misma? - Sí la misma
Nuestra Señora la Blanca
La hermosísima Paloma
Reina de nuestras montañas.
Por mas señas, que allí tiene
recostadita a sus plantas
una paloma inocente
que no quiere abandonarla.

- ¡Vamos allá! ¡Vamos todos!
A darle rendidas gracias
por la victoria obtenida
de las tribus africanas.
Y suben nuestros guerreros
hasta la peña mas alta
y al ver a la Virgen Pura
tan hermosa y agraciada;
todos se postran en tierra;

Gimeno dijo:- Señora
de esta roca nadie baja;
y pues eres nuestra Reina
y aquí tu trono levantas
en derredor de tu trono
alzaremos nuestras casas;
este será nuestro pueblo,
nuestros pechos, tu muralla.
Y vendrán los pueblos todos
de tu querida Navarra
a rendirte vasallaje
Reina de Usua adorada..

- ¿Lo juráis así Navarros?
- Lo juramos Virgen Santa!.
Y no fue vana promesa
ni fueron vanas palabras;
pues desde aquel mismo día
trasladaron su morada
los que formaban el pueblo
de Santa María la Blanca

V. LA PLEGARIA

¡Diez siglos han transcurrido!
Mil años!.. Como se pasan..
Y siempre los Vascos fueron
fieles a aquella palabra
renovando año por año,
aquel voto ante sus aras;
Y aún los hijos de este pueblo
que Ujué (paloma) se llama
descienden todos los años
a derramar una lagrima
al recuerdo de sus padres
que dieron su sangre y su alma
en defensa de la Virgen
Santa María la Blanca.

Y hoy señora, los Navarros
llenos de tristeza santa
al renovar la promesa
y aquella santa palabra
que juraron nuestros padres
te pedimos una gracia:
Salva la Iglesia de Cristo!
salva tu querida España!
salva a los Vascos tus hijos!
salva a Ujué! Salva a Navarra!

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