UJUE: DIARIO DE NAVARRA 18 DE SEPTIEMBRE DE 2011....

DIARIO DE NAVARRA 18 DE SEPTIEMBRE DE 2011.

IN MEMORIAM.
OBITUARIO.

FRANCISCO LIZARRAGA NUIN, SACERDOTE DE IDOY

Paco Sanz Elizalde

Ejerció su labor pastoral en varias parroquias de Navarra, entre ellas San Enrique (Pamplona), a la que se entregó a lo largo de 38 años.

EL pasado lunes falleció en la Residencia el Buen Pastor de Pamplona a los 87 años de edad Francisco Lizarraga Nuin, sacerdote que desempeñó su labor pastoral en numerosas parroquias de Navarra, entre ellas la de San Enrique de Pamplona, a la que se entregó durante 38 años (1965-2003). Francisco Lizarraga fue además doctor en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra y abogado del Tribunal de la Rota.

Hijo de Joaquín Lizarraga y Presentación Nuin, nació en 1924 en Idoy, una pequeña población del valle de Esteríbar, a 14 km de Pamplona, en el seno de una familia de tradición religiosa. Tuvo ocho hermanos: Avelina, Cándida, Puri, Ángeles, José, Mª Jesús, Valeriana y Jesús, sacerdote como él, que ha sido canónigo de la Basílica de Santa María la Real de Roncesvalles.

Según recordó José María Aicua en el funeral celebrado el pasado martes en la iglesia de San Francisco de Javier y presidido por el arzobispo Francico Pérez, Francisco Lizarraga ingresó en el Seminario conciliar de San Miguel de Pamplona en 1937 para ser ordenado sacerdote por el obispo Enrique Delgado Gómez el 18 de septiembre de 1948; doce días después, cantó su primera misa en la localidad que le vio nacer.

Montaña y Ribera

A lo largo de su vida sirvió como sacerdote en distintos destinos. Así, fue coadjutor en Ochagavía (donde descubrió su devoción a la Virgen de Muskilda), párroco en Urdániz, Agorreta, Esquíroz, Ilárraz, Setoain y Saigós, y regente también en Gallipienzo y Ujué.

En 1965 fue nombrado coadjutor de la parroquia de San Enrique de Pamplona, dos años después de la inauguración de esta iglesia situada en el barrio de Santa María la Real siendo párroco José Tirapu Ilundáin.

Fueron los años en los que el barrio todavía no había terminado de construirse y era destino de cientos de personas venidas de otras zonas de Pamplona y de muchos pueblos de Navarra.

Francisco Lizarraga compartió su actividad parroquial con asuntos judiciales como abogado del Tribunal de la Rota.

Tras dejar la parroquia pamplonesa en 2003 se planteó la restauración de la iglesia–ermita dedicada al Árcángel San Miguel y a Santa María de Idoy que se cerró al culto en 1994 después de que se derrumbara su cubierta. Sufragó con generosidad las obras de restauración, y la iglesia en la que fue bautizada toda su familia fue reinaugurada el 14 de junio de 2008 en una ceremonia que presidió el arzobispo Francisco Pérez González. La reapertura coincidió además con la devolución anónima de una talla de madera del siglo XVII de San Miguel que había sido robada del templo en 1999 junto a un sagrario, que aún no ha sido recuperado.

Vivió sus últimos años al calor de las residencia sacerdotales diocesanas de Argaray en el Seminario, y del Buen Pastor, junto al Arzobispado en la plaza de Santa María de Pamplona. Cada semana acudía a Idoy para compartir mesa, cartas y tertulia con sus hermanos José María y Jesús, después de haber superado un accidente de tráfico ocurrido dos años antes.

Ante la Virgen de Basagaiz.

Ricardo Noáin Ciáurriz, párroco en varias localidades de Esteríbar, recordaba durante una eucaristía el martes en Idoy su devoción a la Virgen de Basagaiz, en la ermita adonde acuden en romería cada mes demayo los vecinos de Sarasíbar, Idoy, Guenduláin, Larrasoaña y Esáin.

Tal y como quiso, Francisco Lizarraga fue enterrado en Idoy, después de que, como es costumbre en los pequeños pueblos de montaña, sus familiares y amigos abrieran la fosa en el pequeño cementerio, situado al pie de la iglesia donde inició y concluyó su camino de testimonio de la fe.


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