UJUE: Ujué, nido de águilas...

Ujué, nido de águilas

Antes de abandonar San Martín de Unx, pregunte por alguna de las bodegas que producen caldos jóvenes y profundos aromas, no se arrepentirá. Desde esta localidad, giramos a la derecha para llegar en pocos kilómetros a uno de los pueblos más bellos de Navarra, Ujué. Parece ser que el origen del nombre se encuentra en el vocablo del euskera Uxué que significa literalmente "paloma". A poco que nos acerquemos al caserio, comprenderemos porque llamán a Ujué como "nido de águilas", pues todo el pueblo se encuentra dominando una colina cortada en terrazas, y excavada por el río Aragón y sus afluentes. En lo alto, se vislumbra la fortaleza del santuario de la virgen de Santa María, edificada por el rey de Navarra Carlos II. En realidad no sabe uno si se trata de un santuario, una iglesia o un castillo, pues los tres elementos parecen fundirse en una construcción única y sorprendente.

Desde lo alto, la vista no puede ser más completa, y en días claros, podremos admirar desde la cumbre del Moncayo hasta los Pirineos centrales, lo que constituye un record panorñamico muy difícil de igualar en nnuestro país; la desolación del paísaje inmediato, erosionado por barranqueras y sin apenas vegetación, nos hace imaginarnos escenas pretéritas cuando estas tierras eran frontera con el Califato de Córdoba, y Ujué hacía las veces de bastión y primera avanzadilla del primitivo reino navarro, tiempos de una dureza extrema. La función defensiva y de vigilancia de esta fortaleza, queda patente también desde el paseo de ronda exterior de la cabecera, que parece diseñado para la querra, así como del sistema de comunicación por espejos que se empleaba hasta hace no mIglesia-santuario de Ujuéucho, para enviar mensajes cifrados a la fortaleza de Olite. A pesar de que trascurrieron casi dos siglos hasta la terminación de los trabajos de la iglesia, se percibe una gran armonía de todo el conjunto, sin duda, uno de los pueblos más bellos de Navarra.

En el interior de la iglesia se encuentra el corazón del rey Carlos, que decidió donarlo como testimonio de su amor por esta noble villa; si bien el exterior tiene un estilo marcadamente románico, por dentro los arcos ojivales dominan la fortaleza. No se pierda la diferente anchura de las naves laterales, posiblemente un error de cálculo del arquitecto, algo admisible teniendo en cuenta que estamos ante una de las primeras muestras del gótico navarro. Observe igualmente la serena belleza de la virgen románica que preside el ábside principal, motivo de orgullo y devoción de toda la comarca: Cuenta la leyenda que un pastor advirtió de la presencia de una paloma que entraba y salía de forma continua de una cueva, y no pudiendo aguantar la curiosidad decidió seguirla y entrar en la gruta, con la intención de ahuyentarla; sin embargo la paloma persistió en su aleteo en el mismo lugar, lo que permitió al pastor a descubrir la imagen de Nuestra Señora que hoy se venera en el santuario, y que según la tradición, marca el mismo lugar de la milagrosa aparición. Pero Ujué es mucho más que su santuario, es sobre todo su caserio, tIglesia de Santa María de Ujuéodo él construido en silleria robusta y señera, de calles adoquinadas y cuestas fatigosas. A finales del mes de abril se celebra aquí una romería de gran tradición, en la que penitentes cubiertos como nazarenos, portan una imagen desde San Martín de Unx, trasladándonos en el tiempo hasta el siglo XII, cuando Dios se erigía como el eje y motor de la vida cotidiana y del pensamiento de las gentes del medievo.

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