Los primeros datos de poblamiento los encontramos hacia el 8.000 antes de
Cristo, concretamente en la
Cueva de Aizpea o "del
molino", lugar en el que se hallaron los restos completos de la mujer más antigua de
Navarra.
Zona de riqueza minera (todavía son hoy en día visitables las viejas
minas de mercurio), se sabe que los antiguos chipateros, como se conoce actualmente a los de
Aribe, aprendieron ya en época histórica el manejo de la metalurgia, aunque poco más puede decirse de un territorio que los escritores clásicos
romanos y griegos enclavaron en el llamado "Saltus Vasconum" por su agreste
naturaleza y el supuesto atraso y barbarie de sus habitantes.
Tras la caía del Imperio
Romano y la llegada de los visigodos primero y musulmanes después, sin duda los chipateros participaron en una de las batallas más famosas de la
historia, la del paso de Roncesvalles, acaecida en el año 778 d. C. en la que murió Roldán, caballero de Carlomagno inmortalizado en los cantares de los trovadores de la Edad Media.
Entrada la Edad Media se hicieron famosas las
aguas medicinales de Iturrialdea, construyéndose el magnífico
puente románico que hoy en día todavía se levanta orgulloso en el
río Irati como uno de los símbolos más característicos de Aribe.
Desde entonces hasta hoy en día Aribe ha mantenido sus
señales propias como
pueblo de
montaña aferrado a la
ganadería, a la
agricultura y al aprovechamiento de sus bosques y recursos naturales, habiendo disfrutado y, en otras ocasiones, sufrido la historia ya común para todos los europeos, lo que incluye invasiones y destrucciones del pueblo que, a título de anécdota, todavía pueden contemplarse en las
piedras calizas de los
arcos de sillería de las
casas, quebradas por los incendios invasores y guerras de la convención y napoleónicas de los siglos XVII, XVIII y XIX.