Juan Antonio, José, forer@s que leeis y seguís el foro de Lagunilla; muchas gracias a todos.
La vida sigue y cada nuevo día es una oportunidad maravillosa para vivir, sentir, amar, reir y, algunas veces, también llorar.
Cuando alguien parte de nuestro lado se sufre el desgarro que produce su ausencia. Los buenos recuerdos y las vivencias con él vividas se agolpan en nuestra mente. Te parece que no es real, que no puede ser, que tu primo ya no esté ahí. Tan sólo dos días antes había estado contestando
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Bien dices, Azulturquesa. El dolor por la pérdida de un ser querido es inmensa, solo mitigada por las creencias y dones que cada ser atesore. Al igual que quienes nos precedieron, todos seremos puntualmente llamados y prestos acudiremos. En este trance, el orden “lógico” de los humanos no existe. La discriminación por condiciones de sexo, edad, raza, lugar de procedencia, afinidades y creencias varias, el amor, la inteligencia, la bondad, la riqueza, el poder, etc. no suponen prelación de unos sobre otros; todos estamos ahí y a todos, cuando a cada individuo corresponda, nos llegará el momento.
Entre tanto, disfrutemos de esta maravillosa vida que, aunque no exenta de dificultades y problemas, nos ha sido regalada; demos a cada nuevo amanecer gracias por estar aquí, y sigamos los dictados de la ética y moral en busca de la felicidad.
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