Pagar “el piso”, (en El Bronco era el “vino”), era una
costumbre relacionada con el “cortejo”, muy extendida por toda la provincia; consistía en hacer pagar un “peaje”, cuando un mozo forastero pretendía a una muchacha del
pueblo. Este “impuesto”, también se llevaba a efecto en otras regiones española, para que el galán pudiera continuar con sus intenciones amorosas.
Cuando se presumía que un
joven forastero, mostraba interés por una chica de la localidad, los mozos decidían cobrarle un “tributo”
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