Es un
pueblo construido entre 1959 y 1963 en varias fases, dentro del denominado Plan
Badajoz (7 de
Abril de 1952),
política estatal de
colonización y reforma agraria en las
vegas del
río Guadiana. Toma su
nombre del
río Gargáligas (afluente del Ruecas que es un afluente del Guadiana), que le circunda por el
norte y el
noreste. También se le conoce (por
personas mayores sobre todo), por La
Jarilla, nombre de la
finca a la que le fueron expropiadas parte de sus tierras para el asentamiento del pueblo y sus regadíos.
En sus
comienzos fue habitado en su mayoría por
familias procedentes del
medio rural de la misma provincia, en menor cantidad de la de
Cáceres y de forma insignificante de otras regiones de
España, en su mayoría braceros del
campo y yunteros, que recibieron el nombre de
colonos, término que ya no se emplea. Muchas de estas personas vivieron hasta la finalización de sus
viviendas en las dependencias de las mismas (
graneros y
cuadras). Esta circunstancia unida a la falta de
electricidad,
agua potable, servicios sociales básicos (solo se disponía de dos
escuelas para edades heterogéneas) y las
calles levantadas, hizo que durante los primeros años la vida fuera muy dura. Aunque fue dotado desde el principio de locales para atender la mayoría de necesidades, es a partir de 1963 cuando se pudo disfrutar de unas condiciones más humanas, estableciéndose en el pueblo el
médico de cabecera, cuartel de
guardia civil,
grupo escolar y
párroco. La carencia de infraestructura
industrial (entre otra razones), originó una fuerte emigración desde el año 1970, que unido a la baja tasa de natalidad, hace que la
población esté decreciendo hasta situarse actualmente en 549 habitantes (270
mujeres y 279
hombres según datos del 2010). Por estas circunstancias y por cuestiones coyunturales administrativas, los servicios antes mencionados son actualmente cubiertos por personas de fuera de la localidad.
Cuenta con
piscina municipal,
Centro de Día para mayores que sirve
comidas a domicilio, y
polígono industrial, que de momento no ha generado las expectativas anunciadas en su
comienzo de explotación a
finales del 2005.
Tiene una superficie
urbana de 362.200 m2.
Está rodeado por las vegas del río Gargáligas, formadas por
terreno aluvial, donde se localizan sus tierras de
regadío, cultivándose
arroz, maiz, tomate,
girasol, melones y
sandias. También existen
plantaciones de
frutales y algunos viñedos. Estas tierras son regadas por las
aguas embalsadas del río Guadiana en la
presa de
Orellana, a unos 15 Km de distancia.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical, con temperatura media anual de 16º. Los
inviernos son suaves con precipitación media anual de 525 ml. Los
veranos muy calurosos y
secos con máximas absolutas de hasta 40,9º.
Su
vegetación es de tipo durilignosa, representada por
bosque esclerófilo, cuyas características son la
encina y el acebuche. El matorral está constituido por numerosas especies, en las que destacan la jara, la aulaga y el cantueso.
La
fauna está compuesta principalmente por aves como las
cigüeñas, golondrinas,
grullas, gorriones, codornices, conejos, patos, aguanieves, zorzales, palomas.
En el río Gargáligas se pueden
pescar carpas, lucios, tencas, barbos, blas blas y el cangrejo americano.
Del río Gargáligas se sacaba la arena, que con los serones era acarreada por las recuas de borricos hasta el pueblo, para la construción de las viviendas. Junto al
pozo, que para el consumo de agua potable se construyó, había una tejera donde se elaboraban y cocian los
ladrillos que más
tarde se utilizaban en las viviendas, pudiendo decirse que las
casas del
pueblos están hechas de forma
artesanal, a la
vieja usanza.