• La
huerta de
Alboraya.
El municipio de Alboraya tiene una extensa huerta heredada de la
agricultura árabe. Un
paseo por la huerta de Alboraya será como un viaje en el tiempo al pasado. Los
campos de chufas y
hortalizas, las alquerías, las
ermitas y las barracas valencianas componen el
paisaje único.
Alboraya es uno de esos lugares en los que el tiempo se detiene, la huerta y el
mar se unen, y la
tradición sigue formando parte del día a día.
Qué hacer en Alboraya
La chufa de Alboraya es una de sus señas de identidad. Tanto es así, que este producto cuenta ya con la Denominación de Origen Chufa de
València. A partir de ella se elabora la horchata, conocida mundialmente por su sabor tan único y refrescante. Eso sí, no te olvides de acompañarla con unos fartons para completar esta experiencia gastronómica.
Sus horchaterías, ubicadas también en plena huerta valenciana, son una parada obligatoria para disfrutar de esta exquisita bebida y de la tranquilidad que nos ofrece Alboraya.
Siguiendo el recorrido que nos marca su huerta, llegamos a su emblemática costa. Port Saplaya cuenta con dos
playas, la norte y la sur, así como con un
puerto deportivo que separa ambas playas. Además, la curiosa disposición de su entorno ha provocado que también sea conocida como la “pequeña Venecia”.
Si seguimos por la costa de Alboraya, nos encontraremos con la
playa de la Patacona, que cuenta con más de un kilómetro de longitud y un paseo marítimo muy visitado durante todo el año. Es una de las playas más populares de la zona por la amplia oferta de ocio y restauración que nos propone.
Ambas playas disponen de la certificación de “Q de Calidad Turística” por contar, entre otros servicios, con equipamientos de uso público, recogida selectiva de residuos, dispositivos de seguridad, salvamento y primeros auxilios, servicios de
información turística, baño accesible con muletas y sillas anfibias, zonas delimitadas y equipadas para la realización de
deportes de playa, múltiples establecimientos de restauración, etc.
La belleza paisajística de Alboraya es proporcional a su riqueza cultural, protagonizada por sus Fallas, sus
fiestas y su
Semana Santa, que cada año reúnen y enamoran a numerosos visitantes.