Campo anegado en el Camí Vell d'Alboraya, VALENCIA

Técnicas de regadío
Las técnicas de regadío se dividen en tradicionales o no tradicionales.

Superficial
La técnica de regadío tradicional es el regadío superficial.

Este sistema a su vez tiene tres modalidades:

• Inundación (también denominado riego a manta o riego a pie), que se aplica principalmente a los cultivos de arroz. Para poder aplicar este sistema el terreno debe ser trabajado de tal forma a que las áreas a ser irrigadas, o parte de estas, deben ser prácticamente horizontales, rodeadas por pequeños diquecitos que contienen el agua. En esta modalidad, una vez que la parcela se ha llenado de agua, se cierra la entrada a la misma, el agua no circula sobre el suelo, se infiltra o evapora. Este tipo de riego, además de consumir mucha agua tiene también un efecto poco deseable de compactación del suelo, efecto que se combate en la Comunidad Valenciana con la técnica que, traducida al castellano se denomina "sazón" y que consiste en una roturación muy superficial (uno o dos cm) que interrumpe el sistema de desecamiento de las arcillas, al eliminar el proceso de cuarteamiento de las mismas. El cuarteamiento superficial de las arcillas es el proceso que acelera la eliminación del agua en el suelo, con lo que la arcilla se compacta y aumenta la proporción de sales en la superficie.

• Fajas, se utiliza en colinas poco pronunciadas, donde sería muy costoso formar parcelas horizontales. Las fajas siguen la dirección de la pendiente, que para una correcta distribución del agua, debe ser prácticamente uniforme. La pendiente trasversal de la faja debe ser casi nula. Las fajas están separadas por pequeños diquecitos que raramente superan los 10 - 20 cm, de manera que se pueda irrigar una faja cada vez. Este procedimiento de riego puede ser utilizado en los prados en zonas colinares. El agua circula sobre el suelo, y por lo tanto, si este no tiene vegetación puede haber acarreo de material, lo que no es conveniente. La tendencia es al abandono de este tipo de riego porque exige mucha mano de obra en el seguimiento del riego. Se ha utilizado en el pasado en Europa Central, en particular en la cuenca media del río Danubio.

• Surcos o caballón entre las tablones, se construyen, en el momento de la labranza de la tierra, siguiendo aproximadamente las curvas de nivel, cuidando que se tenga una pendiente uniforme.
Estos sistemas son poco eficientes, ya que se emplea mucha más agua de la necesaria.

La agricultura de riego

La agricultura de riego o agricultura de regadío consiste en el suministro de las necesarias cantidades de agua a los cultivos mediante diversos métodos artificiales de riego. Este tipo de agricultura requiere inversiones de capital y una cuidada infraestructura hídrica: canales, acueductos, aspersores, estanques, etc., que exigen, a su vez, un desarrollo técnico avanzado. Entre los cultivos habituales de regadío destacan los frutales, el arroz, las hortalizas y la remolacha.

El recurso agua es imprescindible para la producción de cultivos, de su disponibilidad depende la formación de nueva biomasa vegetal. En cultivos como tomate y lechuga los contenidos de agua en el interior de la planta superan el 90 %. Es claro que el agua es pieza clave para producir más alimentos, pero también es claro que hoy en día constituye un recurso cada vez más escaso. Para ejemplificar el consumo de agua en la agricultura supongamos la meta de producción de un trigo de 5 ton/ha, donde se necesitan alrededor de 500 L de agua para producir 1 kg de materia seca; esto resulta en un consumo de 2500 m³ de agua/ha para producir dicho rendimiento.

Métodos

Los sistemas de riego pueden incluir los siguientes equipos e infraestructura:

embalses (con represa) o reservorios;
• balsas;
• obras de toma o derivación (azudes, etc.);
pozos, estaciones de bombeo, acueductos y tuberías para transportar el agua (incluyendo el drenaje);
• sistemas de distribución de riego: canales a lámina abierta, entubamiento de canal y redes de distribución presurizada.

A partir de esas infraestructuras, los métodos más comunes de riego son:

• Por arroyamiento o surcos.
• Por inundación o sumersión, generalmente, en bancales o tablones aplanados entre dos caballones.
• Por aspersión....
• Por infiltración o canales.
• Por goteo o riego localizado....
• Por drenaje.

Paisaje artificial milenario
La Huerta es un espacio agrícola moldeado por el hombre, un paisaje cultural vivo, cuyo inicio se remonta con toda probabilidad a la época romana. Mas tarde, en época islámica se construyó la red de acequias que todavía subsiste. Por ello, la Huerta es también un patrimonio histórico de un extraordinario valor testimonial. Su singularidad escénica es única. Su pervivencia futura incierta. La construcción urbana y de infraestructuras supone el sellado de un suelo feraz e irrepetible, y además, también implica la destrucción de una obra monumental, colectiva y milenaria del hombre rústico. El arrasamiento de un patrimonio cultural de la humanidad.

El crecimiento de la ciudad y de los pueblos de su cinturón está creando un continuo conurbanizado. La voracidad del ladrillo en los últimos diez años ha sido implacable. Una hanegada de huerta cuyo valor estaba en 3 o 4 millones de pesetas en 1998 ha llegado a pagarse por 200.000 € con las recalificaciones conseguidas a golpe de talonario. Consecuentemente, hay muchos agricultores ansiosos por “deixar-se de plantar sebes… ¡i plantar atobons!” (dejar de plantar cebollas y plantar ladrillos). La codicia del dinero rápido y fácil está acuciando la agonía de los campos. Y Valencia está a punto de perder una de sus señas de identidad más relevantes.

La Huerta se extiende desde la localidad de Puçol hasta las riberas de la Albufera, abarca una superficie de unas 23.000 hectáreas, integrando a 40 municipios. Seis de esos municipios (Albal, Benetússer, Emperador, Lloc Nou de la Corona, Rafelbunyol, y Tavernes Blanques) ya no tienen suelo agrícola. Son puro asfalto. A ello hay que unir la construcción de infraestructuras, entre las que destacan particularmente las sucesivas ampliaciones del puerto que han hecho desaparecer las playas Benimar y Pinedo, asfixiado el barrio de Nazaret y engullido las casas y huertas de La Punta. La construcción de la vía del AVE y los corredores comarcales de doble calzada producen barreras infranqueables y fraccionan los accesos a los campos y los trazados de las acequias. La falta de sensibilidad, la incuria de las Administraciones Públicas valencianas ha sido flagrante.
(19 de Septiembre de 2020)