Fue edificada sobre los restos de una mezquita y se sabe de la existencia de una
ermita ya en el siglo xiii, pues fue testimonio en 1265 cuando
Alicante formaba parte de Castilla y siendo rey Alfonso X El Sabio, de la
reunión de Jaime I de
Aragón con el obispo de
Barcelona, Arnau de Gurb, y personalidades eclesiásticas alicantinas para preparar la conquista de
Murcia y reprimir la insurrección musulmana. Alfonso X de Castilla, llamado «el Sabio», fue rey de la Corona de Castilla y de los demás reinos con los que se intitulaba entre 1252 y 1284. A la muerte de su padre, Fernando III «el
Santo», reanudó la ofensiva contra los musulmanes, y ocupó Jerez (1253), arrasó Salé, el
puerto de Rabat, (1260) y conquistó
Cádiz. En 1264, tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y del
valle del Guadalquivir. Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del Sacro Imperio
Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su reinado sin obtener éxito alguno.