Su
nombre,
LOGROÑO, aparece por 1ª vez documentado en un documento de donación del rey de Pamplona -posteriormente
Navarra-, García Sánchez I, al
monasterio de
San Millán en 965, como "Lucronio", y más
tarde en el
fuero de la
ciudad de 1095, concedido por Alfonso VI de Castilla, como "Logronio" o "illo Gronio".
Según el prof. Guillermo Tejada, su origen sería un hidrónimo redundante, y pariente de "Garoña/-na", "Graña - ("Grañón/-nione")... o "Loroño" -entre otros-, pero con un redundante más: Así, desde " (O/I...) L (o" -del grupo hidronímico "ara/era/ira/ora/ura... ala/ela...", "corriente de (
agua)/
río"-, más "ogo/oco" -del grupo hidronímico "aga/ega... aca/eca...", "agua/río", más "onio/oño" -del grupo hidronímico "ana/ena...", "agua/río", y que, debido a la llegada de diferentes
pueblos, según Francisco Villar, habrían ido superponiendo o yuxtaponiendo su hidrónimo propio al existente -muchas veces ya redundante-, dando un hidrónimo resultante final. Por ello, la palabra "Logroño" < desde " (O/I...) L (o+o) g/c (o+o) r (o+o) nio", como resultante, vendría a significar "Río (-río-río-río)" (junto al-).